El Mundial de España 82' en diez detalles
Italia fue campeona de aquel Mundial en el que España fracasó
España, con los cinco continentes
Tras Argentina, España iba a organizar el Mundial de 1982 tras la aprobación en el congreso de Tokio de 1964. Sería la primera vez que tendría acogida la participación de los cinco continentes tras incrementar el número de selecciones de dieciséis a veintidos: trece de Europa,tres para Sudamérica, dos para la CONCACAF, dos para África y dos para Asia-Oceanía. Entre las veintidós selecciones se reservó una plaza para España como organizadora y una para Argentina como campeona.
Polémica lista de Santamaría
La lista de veintidós ofrecida para el Mundial por Santamaría tuvo muchas críticas y estuvo envuelta de polémica. El grupo estaba formado por muchos jugadores de la Real y Sporting, ya que eran sus grandes años, unido al peso importante de jugadores de Madrid y Barcelona. La polémica llegó con la decisión de Santamaría de excluir a última hora al único jugador del Atlético de Madrid, Quique, y preferir ir con tres porteros lo que supuso un gran revuelo. Mientras el doctor Guillén, de la Federación justificó que estaba lesionado, el doctor Ibáñez, médico del Atlético lo negó.
Discusiones y convivencia difícil en España
El ambiente dentro del vestuario español no era el acertado. Eran años de ETA y de mucha rivalidad entre el Real Madrid y la Real Sociedad lo que provocó que la afición española desconfiase del compromiso e interés de los jugadores de la Real por la selección. Mientras que en San Sebastián odiaban a Juanito, desde la hinchada merengue se fijaban si los jugadores de la Real dejaban visible el escudo de la selección en el dobladillo de la media. Todo este revuelo generó un ambiente tenso y poco deseable dentro del vestuario español.
España superó la primera fase de grupos
El sorteo deparó en un grupo asequible para España junto a Yugoslavia, Irlanda del Norte y Honduras. El combinado español comenzó su andadura con un 1-1 frente a la cenicienta del grupo, Honduras. En su segundo partido iba lograr la victoria tras vencer a Yugoslavia por 2-1 en un partido gris en el que lo mejor fue el resultado. Los de Santamaría llegaron a la última jornada con la tranquilidad de aún perdiendo de un gol ante Irlanda estar clasificados, España se relajó y acabó perdiendo 0-1 pero logrando la clasificación para la segunda fase de grupos.
España fracasa en su Mundial
Tras una primera fase de grupos en la que España se clasificó sin ofrecer un gran juego, la segunda fase reunió a la selección española con la RFA e Inglaterra en un grupo difícil y por un camino complicado tras no hacer los deberes suficientes en la primera fase. Tan sólo se clasificaaba uno, y España fue tercera de grupo despidiendose así de su Mundial. Abrieron Inglaterra y la RFA con empate. España se estrenaba ante la RFA y tras un mal partido y cosechar una derrota por 1-2, los españoles se despedían del torneo. En el último encuentro y sin nada en juego, España cosechó un empate sin goles ante Inglaterra.
La trampa de los alemanes
Alemania vence 1-0 a Austria lo que supuso un triple empate dejando a los alemanes como primeros de grupo, a los austriacos como segundos y dejando a Argelia sin opciones. Un empate que se vio como un resultado adulterado que provocó la ira de la afición española que veían como se adulteraba su Mundial y lo demostraron lanzando tomates y huevos a los jugadores alemanes a su llegada al hotel. Años después Briegel, que jugó aquel partido, confesó que "tomamos la decisión entre todos, ellos y nosotros, de no estorbarnos demasiado. Sentí rabia y vergüenza, el tongo fue descarado".
Argentina y Brasil, grandes decepciones
Tanto Argentina como Brasil fueron dos de las grandes decepciones durante el Mundial de España 82'. Argentina, llegaba como favorita, había ganado el Mundial cuatro años atrás y era prácticamente el mismo equipo más un joven Maradona recién fichado por el FC Barcelona. Los argentinos perdieron el primer partido ante Bélgica y a pesar de ganar a Hungría y El Salvador, no pudieron pasar del segundo puesto. Por su parte, Brasil era la selección simpatizante de la afición española, gracias al fútbol-felicidad que ofrecían. Su juego y su música sacudida con espasmos al son de la samba cautivo al aficionado español que vio como la canarinha caía eliminada ante una Italia que acabaría proclamándose campeona.
Gol anulado por el jefe
Kuwait fue también protagonista del Mundial de España. Durante el encuentro de fase de clasificación ante Francia se produjo una de las escenas más curiosas en la historia de los Mundiales. El resultado era favorable a la selección francesa liderada por Platini por 3-1 cuando tras una contra francesa, algún aficionado pita desde la grada, los jugadores kuwaitíes se paran pensando que había sido el árbitro y Francia anota el cuarto. Es entonces cuando surge la figura de Fahad al-Sabah, que baja desde el palco y para sorpresa de todos y tras varias discusiones logra que el árbitro ruso Stupar anule el gol.
Sucesos extraordinarios en Sarriá
Sarriá, zona de Barcelona y campo de El Espanyol fue testigo de uno de los grupos más destacados del Mundial. Se iban a enfrentar Brasil, Argentina e Italia. Así, se creó un movimiento para trasladar todo aquel talento de fútbol al Camp Nou y trasladar el grupo de Polonia, la URRS Y Bélgica a Sarriá pero no se realizó por no alterar el programa sobre la marcha.
Italia, con Sandro Pertini
El 11 de Julio de 1982, el Santiago Bernabéu albergaba la final del Mundial de España entre Italia, que fue de menos a más en el Mundial eliminando a Brasil, y la RFA, una selección siempre compleja. En Italia destacaban jugadoers de la talla de Zoff, Tardeli,Conti o Rosi, mientras que en la RFA estaban Schumacher, Briegel o Rummenigge. La final y el Mundial fueron para Italia tras impoerse por 3-1 pero la noticia destacada la ofreció el presidente italiano, Sandro Pertini, que durante el encuentro festejó los goles juntos al rey Juan Carlos dejando de lado el típico protocolo de los palcos. España entera vio con simpatía esta transgresión de la etiqueta: un anciano vulnerable, viejo luchador antifascista, pulcro en su terno impecable y convertido en niño por amor al fútbol.