Nunca una bienvenida oficial ha sido tan divertida, con la alcaldesa de la ciudad, LaToya Cantrell, bailando por la alfombra roja cuando acudía a recibir a los reyes Felipe y Letizia, a pie de la escalinata del avión oficial en el que acababan de aterrizar. La primera parte de esta visita está cargada de música y celebración. De hecho, a la llegada, un grupo de jazz recibió a los reyes al son de la popular canción «Los santos están marchando» que hizo bailar no solo a la alcaldesa, sino a varios de los asistentes al recibimiento. El motivo de la celebración es el 300 cumpleaños de la ciudad de Nueva Orleans, conocida como la ciudad del Misisipi, en la que la contribución española es muy destacada. En el marco de su viaje a Estados Unidos, los reyes han visitado en el museo central de Luisiana, la exposición «Memorias Recuperadas: España, Nueva Orleans y el apoyo a la revolución norteamericana», una muestra impulsada por Iberdrola que pone en valor la decisiva participación económica y militar en el nacimiento y formación de los Estados Unidos, su influencia en el desarrollo histórico de Nueva Orleans, así como la perdurable huella del legado español en la cultura norteamericana. La exposición, que está abierta hasta el mes de julio y después viajará a Washington, tiene importantes obras de las principales pinacotecas españolas. Y una de las piezas más preciadas es «El Columpio» de Francisco de Goya. Además guarda objetos de la época, como la bandera original incautada a los ingleses en la batalla de Baton Rouge en 1779. Aunque el rey no pudo ver el partido en el que debutaba la selección española frente a Portugal por los actos previstos en la agenda oficial, sí que vio el final del partido que terminó en empate. En el recorrido por las calles de Nueva Orleans los periodistas le preguntaron por nuestra suerte en el mundial: «yo creo que tienen posibilidades, hay madera. Un primer partido es sólo el primero. Es complicado, pero bueno han metido tres goles que es lo importante», dijo el rey.