Internacional
Estados Unidos

La política antiinmigrantes de Trump separa a 2.000 niños de sus padres en la frontera

Los demócratas acusan a la Casa Blanca de llevar a cabo medidas “inhumanas e inconstitucionales”

Miles de manifestantes tomaron las calles de casi 80 ciudades de Estados Unidos para expresar su repudio a la decisión del Gobierno de Donald Trump de separar a las familias inmigrantes detenidas en la frontera, lo que calificaron de "inhumano" e "inmoral". / ARMANDO ARORIZO EFE

Washington

La administración Trump anunció el pasado mayo una política de “tolerancia cero” contra la inmigración ilegal por la que todos los detenidos que entren irregularmente a Estados Unidos serán acusados penalmente, incluidos los solicitantes de asilo.

Entre el 19 de abril y el 31 de mayo, 1.995 menores fueron separados de sus padres tras haber sido detenidos en la frontera, según informó Departamento de Seguridad Nacional. Los niños, muchos menores de cinco años, han sido llevados a centros de acogida hasta que un juez decida si permite al menor permanecer en Estados Unidos legalmente o si debe ser deportado a su país de origen.

Esta nueva medida ha provocado un aluvión de críticas al gobierno desde todos los sectores; desde congresistas y senadores de ambos partidos, a líderes religiosos, médicos y psicólogos y defensores de derechos humanos o artistas, que aseguran que los niños tendrás secuelas después de pasar por este trauma.

Para los demócratas se trata de una “política inhumana”, como ha dicho el senador demócrata Jeff Merkley, de Oregón. “Separar a los niños de sus padres para condicionar sus decisiones es inaceptable”. El congresista por Nueva York, Adriano Espaillat, asegura que es “injusto e inconstitucional”.

El asesor presidencial Stephen Miller explicó en una entrevista que esta administración ha decidido tener “una política de tolerancia cero con la entrada ilegal al país”. Es el mensaje que quieren transmitir “nadie está exento de las leyes migratorias”.

La Casa Blanca justifica esta medida con un acuerdo bipartidista de 1997 y una ley aprobada en 2008 contra el tráfico de personas, que requiere la separación de las familias. La asesora de Trump, Kellyanne Conway, dice este gobierno “se está limitando a cumplir la ley”. Entrar ilegalmente está tipificado como crimen, “si a los congresistas no les gusta la ley lo que tienen que hacer es cambiarla”, dijo en la cadena NBC.

Republicanos y demócratas están trabajando en alternativas para la política migratoria de la administración Trump. Los republicanos están elaborando una propuesta que incluye la financiación que el presidente pide para construir el muro en la frontera con México pero en ningún caso contempla la separación de familias.

Fuentes de la administración aseguran que separar a las familias es una estrategia de Trump para tener más fuerza a la hora de negociar una nueva ley migratoria, que incluya el futuro de los “dreamers” y la construcción del muro.

Esta medida es tan polémica que hasta la primera dama, Melania Trump, se ha referido a ella a través de su portavoz. “La señora Trump odia ver a los niños separados de sus familias” y espera que ambas partes (republicanos y demócratas) “se unan para alcanzar una reforma migratoria exitosa”, decía el texto. “Cree que necesitamos un país que cumpla las leyes pero también un país que gobierne con el corazón”.

 
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