Las bases de IU respaldan confluir con Podemos pero con menos apoyo y participación que en 2016

Madrid

Tres de cada cuatro militantes y simpatizantes de IU que han votado en esta consulta lo han hecho para responder con un sí a la pregunta: "¿Estás de acuerdo con que IU concurra en coalición electoral con Podemos, Equo y otras organizaciones políticas en los procesos electorales de municipales, autonómicas y europeas de 2019?". En total han participado 12.449 personas, de las cuales 9.539 han optado por el "sí" (un 76,6%), frente a las 2.574 que han votado "no" (20,7%) y 336 abstenciones (2,7%).

El "sí" se ha impuesto en todas las comunidades autónomas aunque con sensibles diferencias. Cataluña es el territorio más proclive a la confluencia con un 86% de "síes", seguida por Madrid con un 83,4% y Andalucía con un 81,7%. En el otro lado de la balanza, las principales bolsas de rechazo a la alianza con Podemos se han registrado en Extremadura con un 38% de "noes", y Asturias, Murcia y La Rioja, con porcentajes de votos en contra superiores al 30%.

Aunque se trata de consultas distintas, la de 2016 fue para las elecciones generales y en ésta se preguntaba por la confluencia con municipales y autonómicas, este referéndum es la primera ocasión en la que las bases de IU volvían a pronunciarse sobre un escenario de alianza electoral con la formación de Pablo Iglesias. Y la comparación de ambas consultas, efectuadas con dos años de diferencia, arroja algunos datos llamativos. El más reseñable es la caída de la participación, que se ha desplomado casi un 40%. En 2016 votaron 20.067 personas frente a las 12.449 que lo han hecho en esta ocasión.

El secretario de Organización de IU, Ismael González, ha restado importancia a este descenso al remarcar que en 2016 la consulta se produjo a pocas semanas de las elecciones y eso contribuyó a una especial movilización de las bases. González también cree que al ser ésta una consulta para municipales y autonómicas, la militancia no se ha sentido tan concernida para un referéndum de carácter estatal y esperan una mayor participación con las consultas locales que se realizarán en cada territorio para validar o no las alianzas concretas que se puedan establecer.

Las cifras de respaldo a la confluencia son mayoritarias entre quienes han votado pero han caído con respecto a hace dos años: entonces casi 17.000 militantes y simpatizantes el 84,3% de las bases de IU apoyaron confluir con Podemos, frente los 9.539 , el 76,6% que lo hace ahora. De forma paralela también se ha incrementado el porcentaje de militantes y simpatizantes que rechazan esa alianza con la formación de Pablo Iglesias. En 2016 votó el contra el 13,1% de las bases, una cifra que ha subido hasta el 20,7% en este referéndum.

Las dudas del sector crítico 

Pese a ello, el secretario de Organización de IU, Ismael González, ha hecho una lectura positiva de esta consulta que, a su juicio, evidencia el sólido respaldo de las bases de IU a la construcción de un proceso de unidad popular y ha recordado que ahora los territorios tendrán autonomía para negociar sus propios acuerdos de confluencia en cada comunidad y ayuntamiento.

El sector crítico ha puesto en duda los resultados de la consulta, en la que medida que a su juicio no suponen una confianza suficiente de la militancia como para que la dirección de IU pueda confirmar y gestionar el acuerdo alcanzado con Podemos. En un comunicado, el colectivo "IU Sí con más fuerza", ha remarcado que el 67,7 % del censo con derecho a voto no ha participado en esta consulta y ha advertido de la confusión interesada entre esta abstención real ( no votar el preacuerdo) y el voto abstención que supone un 2,7% pero que a su juicio se corresponde con el voto en blanco.

El sector crítico denuncia que estos resultados pretenden ocultar el enorme despego y desconfianza en el proceso de gran parte de las bases de IU y reclaman a la dirección que sean las Asambleas locales de IU las que negocien de forma autónoma los procesos de confluencia , con una obligada ratificación final de las bases. También exigen que en el caso de las elecciones europeas se reconsidere el acuerdo alcanzado con Podemos, que excluye de la marca electoral el nombre de Izquierda Unida, y que el nuevo nombre sea sometido a una consulta específica. El preacuerdo alcanzado entre las organizaciones de Pablo Iglesias y Alberto Garzón para las elecciones europeas era: "Unidas Podemos cambiar Europa".