Sociedad

De qué hablan los hombres cuando hablan de machismo

Este domingo un grupo de hombres se manifestó en Madrid contra el machismo (propio y ajeno)

Hablamos con uno de los convocantes para que nos cuente los motivos detrás de la marcha

Cabecera de la manifestación contra el machismo en Madrid / R. TABERNERO

El feminismo vive una edad de oro en España. La masiva marcha del 8-M supuso, en palabras del propio presidente, un punto de no retorno. El movimiento feminista ha ido creciendo en España a un ritmo que pocos podían imaginar hace unos años, pero lo cierto es que nos encontramos a las puertas de un cambio tan necesario como imposible de frenar. Aunque quedan cosas por hacer, muchas e importantes, la situación invita a la reflexión y eso es lo que pretendía la marcha de este domingo. Hombres contra el machismo (propio y ajeno) era el lema de la marcha convocada este domingo en Madrid por hombres comprometidos con el feminismo que han sentido la necesidad de movilizarse ante esta “injusticia constante”.

“El movimiento feminista lleva muchas décadas demostrando que no necesita a los hombres”, explica Raúl Tabernero, uno de los convocantes de la marcha. Tabernero cree, sin embargo, que es el momento de que los hombres tomen partido y se posicionen.

¿Cuál era la idea de la marcha de este domingo?

La idea era hacer un llamamiento a la responsabilidad que tenemos nosotros (los hombres) en lo que se refiere a la violencia contra las mujeres. Creemos que ha llegado el momento de asumir que los responsables de esta violencia no son los otros y que el agresor machista no es el prototipo de hombre desequilibrado que nos han -o nos hemos- querido vender (a nosotros mismos), sino que somos todos los que, en mayor o menor medida, con nuestros comportamientos en los entornos laborales, familiares, íntimos, etc. contribuimos a perpetuar esta violencia y la injusticia que esto supone.

¿Qué balance hacéis de la convocatoria?

Aunque no vino mucha gente, y éramos conscientes de que esto podía pasar, nuestra valoración más inmediata es positiva por la potencia que entendemos que tiene que los hombres salgamos a la calle a protestar contra el machismo empezando por el nuestro. Luego quedan pendientes otras valoraciones a más largo plazo que tienen que ver con la cantidad de hombres que acuden a las convocatorias feministas y el número de hombres que acuden a estas, y sobre cómo ocupar el espacio público que ya nos viene dado de serie por ser hombres.

Llevas muchos años en movimientos de género, cómo has visto la evolución de estos movimientos.

Yo participo en un grupo de hombres que tratamos de cuestionarnos nuestros privilegios. Aunque creo que en los últimos años los hombres venimos haciéndonos más preguntas sobre lo que los feminismos nos plantean y sobre sus reivindicaciones, nos queda aún mucho trabajo por delante y éste empieza por hacernos conscientes de nuestros privilegios.

El otro día Pedro Sánchez dijo que el 8-M España había cambiado, ¿crees que no hay marcha atrás en la lucha feminista?

Estoy convencido de ello. Creo que en los últimos años, las mujeres han dado un puñetazo encima de la mesa y han dado un gran paso adelante que es irreversible. La pregunta que los hombres debemos hacernos es si queremos contribuir a la causa feminista y cómo. Me gustaría saber qué tiene pensado hacer Pedro Sánchez al respecto porque las palabras no son suficientes. Ni para él ni para nosotros.

Muchas mujeres defienden que este movimiento no necesita a los hombres, ¿qué opinas sobre esto?

El movimiento feminista lleva muchas décadas demostrando que no necesita a los hombres. Todo lo que ha conseguido este movimiento, lo ha hecho sin nosotros. Consideramos que los hombres no podemos seguir más tiempo sin posicionarnos al respecto de una de las injusticias más clamorosas y decidir de qué lado estamos.

Reflexionar sobre el machismo es una tarea totalmente necesaria pero resulta complejo hacerlo sobre los propios, ¿cómo se afrontar este debate?

Con honestidad. Todos los días se producen agresiones o comportamientos machistas a nuestro alrededor, en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestras relaciones más íntimas, y muchas veces somos nosotros mismos los que las ejercemos. Desde los asesinatos de mujeres a manos de hombres a los chantajes diarios que ejercemos en nuestras relaciones afectivas, pasando por la cosificación constante del cuerpo de la mujer o el acoso en los espacios públicos, estamos rodeados y/o participamos de ejemplos en los que se pone de manifiesto la violencia que sufren las mujeres. Si no nos replanteamos nuestros comportamientos y señalamos los de otros hombres, estamos siendo cómplices.

¿De qué manera pueden los hombres aportar al feminismo?

Tenemos que empezar por asumir que todos somos machistas y que constantemente nos vemos beneficiados de la injusticia patriarcal que sufren las mujeres. Y utilizar esta toma de conciencia como palanca para contribuir al cambio.

El feminismo es algo que asusta a ciertos hombres que pueden ver amenazada su posición privilegiada, cuál es la manera de acercarse a estas personas para que escuchen, cómo se les puede convencer de que deben renunciar a sus privilegios para alcanzar la igualdad.

El feminismo no es una lucha contra los hombres sino contra el patriarcado, un sistema de poder detentado por los hombres en contra de las mujeres. Si esto nos parece injusto, la única manera de revertirlo es que los hombres renunciemos a nuestros privilegios.

El otro día leí en un artículo de Lionel Delgado en Ctxt una frase que pueden compartir muchos hombres: ¿Qué sentido tendría acercarse a un movimiento que espera de mí que me autoculpabilice?

No es fácil sentirse culpable o el opresor en una situación de privilegio, pero quizás sea interesante dejar de situarnos en el centro de todos los debates por una vez y pensar en cuál es la situación de las mujeres en nuestra sociedad y en nuestro entorno. Y salir de la zona de confort de vez en cuando tampoco está mal, si sirve para cambiar las cosas.

Creo que en los últimos tiempos se asientan comportamientos que señalan y sancionan los machismos lo que puede llevar a los hombres a ocultarlos, al menos de cara al público sin provocar realmente un cambio. ¿Puede existir un riesgo de que el machismo desaparezca de la vida pública pero que siga existiendo en todos los demás ámbitos?

Por supuesto, ya está ocurriendo. El paradigma de la masculinidad ha cambiado y el modelo de hombre dominador, machista, homófobo y racista ya no es tan tolerable en ciertos ambientes. El poder tiende a encontrar las estrategias para perpetuarse y los hombres vamos a intentar mantener nuestros privilegios intactos. Un hombre más sensible no tiene por qué dejar de ser un agresor.

Puede haber gente que quiera cambiar y eliminar ciertos comportamientos de su vida y que sin embargo no sepa cómo hacerlo, cuál es el camino para esos cambios, qué les dirías a esta gente si te pide consejo.

Que encuentre a otros hombres con una sensibilidad y deseos parecidos y empiecen a juntarse para hablar sobre el patriarcado, el feminismo, sobre su papel en todo esto. Y que sean honestos.

¿Faltan referentes de peso de otros tipos de masculinidad?

Los nuevos referentes de masculinidad serán insuficientes si no sirven para renunciar a nuestros privilegios, como decíamos antes. Quizás el foco deba estar ahí y luego ya veremos qué hacemos con la masculinidad. Empecemos la casa por los cimientos.

 
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