Los errores más habituales que ponen en riesgo la vida de tu hijo en playa y piscina
El año pasado murieron más niños por ahogamiento en el agua que por accidentes de tráfico
Madrid
Se llama Sebastián Quintana, Chano para los amigos. 49 años después, aún recuerda cuando se ahogó en el mar. Tenía entonces ocho. No sabía nadar. Intentaba, sin éxito, mantenerse a flote. Había una madre al lado en una colchoneta con su bebé. Le decía: mira, tienes que hacer como ese chico y mover los brazos así. “Si te estás ahogando y tratas de gritar te ahogas antes porque te entra agua. Es una muerte silenciosa. No hace ruido. Me salvaron cuando ya estaba inconsciente. No vi la luz al final del túnel, pero sí me envolvió una gran calma. Fue cuando me abandoné y dejé de luchar por mi vida”. El proceso de ahogamiento puede durar entre 30 segundos y varios minutos. Alcanzada esta fase la persona fallece si no recibe reanimación cardiopulmonar en un plazo máximo de ocho minutos.
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El año pasado murieron más niños ahogados que en accidentes de tráfico. 24 menores de 14 años perdieron la vida en el agua frente a 21 en las carreteras. Las cifras son de la Real Federación Española de Salvamento y Socorristas. Asociaciones privadas recopilan los datos mientras el Gobierno publica los suyos con dos años de retraso. Este verano sabremos los de 2016. Demasiado tarde para Jessica Pino, responsable del informe anual de ahogamientos de la RFESS. “No les dan valor a estas muertes. Pasan desapercibidas. Debería haber la misma tarea de concienciación que hace la DGT para evitar accidentes”.
La demanda es compartida por otras asociaciones de socorristas. La mayor parte de las incidencias se producen en zonas de baño no vigiladas. Con la crisis económica llegaron los recortes de horarios y personal que no se han recuperado. La consecuencia ha sido un repunte de fallecidos. El año pasado murieron en España 538 personas por ahogamiento que es la tercera causa de muerte accidental en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Fallo en la supervisión adulta
Las causas del ahogamiento se deben a varios factores, pero en el caso de los niños, el 99,98% tiene que ver con un fallo en la supervisión adulta. “Mientras no se sepa desenvolver en el agua, hay que estar al lado, de forma que lo único que pase sea que tome un trago. A partir de que el niño tenga unas habilidades ya no hace falta estar dentro del agua, pero sí lo suficientemente cerca como para poder reaccionar en pocos segundos”, explica Luis Miguel, profesor de Salvamento Marítimo, responsable de investigación de la Asociación Española de Técnicos de Socorrismo y director técnico de la Escuela Segoviana de Socorrismo.
El ahogamiento es la principal causa de muerte accidental en niños entre 5 y 14 años en todo el mundo. La edad más crítica se sitúa entre los 12 meses y 4 años, cuando adquieren las destrezas motoras suficientes como para andar y empezar a desenvolverse solos. En esta fase la supervisión de los adultos se relaja. “Hay que estar siempre pendientes. Ni móviles, ni libros, ni distracciones”, comenta Luis Miguel.
¿Qué habilidades debe adquirir el niño?
Saber nadar es una habilidad de supervivencia, más allá del carácter deportivo, que debe adquirir cuanto antes un niño. Que sepa caerse al agua, bracear, llegar al borde de la piscina y agarrarse. “Esto lo puede hacer cualquier niño de dos años, pero hay que enseñarle, estar en el agua y jugar mucho. Meter la cabeza y sacarla así como saber contener la respiración son maneras de ganar habilidades”, explica Luis Miguel.
Cada niño es un mundo. Los hay que adoran lo acuático y otros no cogen confianza hasta los cuatro o cinco años. Sea como fuere, si tirita hay que sacarlo del agua; a no ser que esté en un entorno controlado como una clase de natación con una duración determinada. Si se queda frío, los músculos se agarrotan.
- Decálogo para un baño seguro
¿Meterías a tu hijo en el mar por la zona con olas o sin olas?
No tenemos cultura en Salvamento Marítimo. El primer paso es la educación. Jessica Pino explica que en los talleres familiares preguntan a los padres si meterían a sus hijos por la zona donde rompe la ola o por otra en la que no hay ni burbujitas blancas. La mayoría escogen la segunda opción. Error. Que no haya olas puede significar la existencia de corrientes de retorno que empujan hacia dentro del mar.
Otro consejo práctico, este destinado a los niños. Enseñarles a tener un punto de referencia en la playa para no perderse. El despiste es fácil. No vale una sombrilla o una toalla porque la persona puede irse. Tiene que ser un punto fijo como una roca, un edificio o una planta.
Flotadores, chalecos o manguitos no evitan el ahogamiento
“Los flotadores, manguitos y demás deberían estar prohibidos. Es un material que da falsa sensación de seguridad. El niño va a pensar que como te has metido con él o ella en la piscina grande con manguitos, va a poder tirarse y estar solo sin los padres”, explica Luis Miguel. “La gente piensa que los niños no se ahogan con los manguitos y sí se ahogan. Cualquier sistema de flotación tiene una etiqueta que explica que no protegen del ahogamiento”, cuenta María Ángeles Miranda, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil.
Los materiales se recomiendan en clases de natación o cuando tienen miedo al agua y es la única manera de que hagan una actividad que de otra manera no realizarían. Pero, siempre con supervisión adulta. Si España es un país líder en el turismo de sol y playa, también debería ser referencia en cuanto a la seguridad.
La muerte silenciada: el rechazo de la industria turística
La dura experiencia de Sebastián cuando era niño le ha llevado a luchar de mayor porque nadie pueda pasar por algo parecido. Ante la ausencia de campañas institucionales, creó ‘Canarias, 1.500 Km costa’ que ha trascendido su propia comunidad y llega a otros países. La concienciación como bandera. Si en toda España el 70% de los ahogados son nacionales, en Canarias, el 80% son extranjeros.
Sebastián se encontró con la oposición de la industria hostelera y turística. No es plato de buen gusto airear que en las costas mueren cada año decenas de personas. Lo consiguió y ahora tiene la complicidad del Gobierno canario y las empresas hoteleras. “Es una cruzada vital. Estoy convencido de que dentro de cinco años cambiará la percepción a nivel social. Necesitamos campañas como las de la DGT, nos llevan mucha ventaja”.
"Disfrutar de tus hijos es el mejor sistema de prevención"
“La frase más peligrosa es pensar que a mí no me va a pasar. Durante todo el año nos quejamos de que no podemos conciliar. Disfrutar de tus hijos es el mejor sistema de prevención. Aprovechemos ese fin de semana o de las vacaciones para disfrutar de los hijos y olvidarnos de distracciones. Pero eso no basta. Ha habido casos de familias echando la siesta, el niño se despierta, llega hasta la piscina y nadie se da cuenta”, explica María Ángeles.
La mitad de los ahogamientos de niños se producen en piscina privadas. En Francia se han reducidos las muertes un 85% en estos espacios desde que las vallas de protección son obligatorias por ley desde 2004. En España no lo son. Las que se venden no siempre cumplen las medidas de seguridad básicas que deben tener en el país vecino: 1,20 metros mínimo de altura desde el suelo, que los componentes no sean lesivos ni escalables y un sistema de apertura automático y no accesible para los pequeños.
La intervención rápida cuando alguien se está ahogando es vital. Cualquiera debería saber hacer una reanimación cardiopulmonar mientras llegan los servicios de emergencia. Una técnica que le salvó la vida a Sebastián Quintana hace 49 años. No lo olvidará mientras viva.
Maika Ávila
Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...