Se reanudan sin incidentes las protestas en Nicaragua
Bajo el lema 'Juntos somos un volcán', miles de nicaragüenses han recorrido las calles de Managua para exigir la salida del actual presidente del Gobierno, que lleva once años en el poder. Pese a que la represión del Gobierno de Nicaragua se ha saldado ya con 264 personas en tres meses y 800 heridos, la población continúa manifestando su oposición a Daniel Ortega. Hoy se ha inaugurado un nuevo periodo de protestas, que se prolongarán hasta el sábado
Las marchas están convocadas por la organización opositora Alianza Cívica por la Justicia y Democracia, surgida a raíz de la crisis político-social en el que se encuentra el país, con las protestas más sangrientas desde la década de 1980. Los rosarios se han convertido en un símbolo en la primera jornada de manifestaciones. Esto obedece al ataque sufrido por los obispos de Nicaragua en Diriamba el lunes por parte de turbas paramilitares. Una agresión condenada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de numerosos grupos religiosos.
Durante la primera jornada de protestas, la Policía nacional ha informado en un comunicado la detención de tres jóvenes por portar fusiles AK, de fabricación rusa. Los jóvenes pertenecían al Movimiento 19 de Abril Estelí, un movimiento opositor que ha defendido la inocencia de los jóvenes. Sus familiares niegan que portaran armas, ya que, según uno de ellos, "cumplían misiones de comunicación social dentro del movimiento". Según la Policía, todos ellos serían "remitidos a las autoridades del Ministerio Público por los delitos de terrorismo, crimen organizado y posesión ilegal de municiones".
Las protestas se iniciaron el 18 de abril y, en un primer momento, respondieron a un rechazo a la reforma de la Seguridad Social. Pero, con el paso de los días, las marchas fueron adoptando un cariz político, con enfrentamiento entre sandinistas, simpatizantes de Ortega, y opositores, reducidos por la Policía antidisturbios. Las protestas desembocaron en la repulsa directa al el Gobierno, con manifestantes pidiendo la dimisión del presidente Daniel Ortega.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha condenado con firmeza la represión del Gobierno de Ortega, que niega que la cifra de fallecidos sea de 264 personas. Su secretario ejecutivo, Paulo Abrao, ha censurado también que los detenidos por las autoridades policiales han sufrido "violencia, malos tratos e incluso tortura antes de ser trasladados a la sede de la policía nacional".