La polémica del fuera de control reaparece en el Tour
La ronda gala se quedó sin sprinters puros durante la segunda semana por esta polémica regla
La duda de repescar o no repescar corredores es variable y no tiene unos parámetros fijos
Según el reglamento del Tour de Francia se conoce como fuera de control al hecho de que un corredor llegue a la meta más tarde de la burbuja de tiempo estipulada por la organización y sus reglas, es decir, con un tiempo más allá del máximo permitido tras la entrada del ganador del día. Evidentemente, llegar fuera de este tiempo conlleva la eliminación del corredor en cuestión.
La regla del fuera de control siempre ha causado polémica entre los propios corredores y muchos aficionados. Algunos discuten sobre la utilidad de este regla, y otros se quejan más concretamente de que en ocasiones y sin motivo aparente, no se aplique la norma y se 'repesque' a un conjunto de corredores muy numeroso que han llegado fuera de control.
¿Es útil esta norma?
Lo que el Tour pretende con esta regla es que ningún corredor se tome una etapa de transición como una etapa de descanso y que estén forzados siempre a llegar en un tiempo determinado. La regla se relaciona mucho con los esprinters, y se hace de forma adecuada, pues suelen ser los más afectados por la directriz.
Lo que la ronda gala quiere evitar es que en una etapa de alta montaña los velocistas se dediquen a rodar tranquilamente y a llegar a tres horas después del ganador de la etapa. Así además se les añade una nueva dificultad a la carrera. Si quieren terminar la edición y quieren luchas por el maillot verde (el de la regularidad, por lo que habitualmente luchas los más rápidos) deben llegar en un tiempo estipulado en meta.
Además, a los propios velocistas o a los 'farolillos rojos' de estas rondas se les dan facilidades. Por ejemplo, en una etapa llana, que suelen ser de las más rápidas, el fuera de control se sitúa en torno a un 10% del tiempo del vencedor. En una etapa de alta montaña puede llegar hasta el 20% y en una crono hasta el 30. A mayor dureza, mayor fuera de control, por lo que hay más tiempo para llegar a la meta.
Las contradicciones
El problema de esta norma han sido las numerosas contradicciones que hemos visto a lo largo de los años y la manera en la que afectan al pelotón. En la presente edición hemos visto como la alta velocidad y los altos niveles de calor han provocado que ilustres como Kittel o Cavendish lleguen fuera de control, y que otros como Gaviria, Groenewegen o Greipel tuvieron que echar pie a tierra por las dificultades para seguir en la carrera. Es decir, nos hemos quedado sin esprínters puros.
Sin embargo ha habido muchos casos en los que el fuera de control no ha significado la expulsión por parte de la organización. Por ejemplo, la Vuelta a España tuvo que repescar el año pasado a 91 corredores que habían llegado a más de 54 minutos del ganador, algo a lo que se sintieron obligados para no dejar a la mitad de los equipos sin casi participantes.
En el tour 2011 ocurrió algo parecido cuando se repescaron a 89 corredores, entre ellos a Mark Cavendish. Esto provocó la furia del español José Joaquín Rojas, que estaba peleando con el británico por el maillot verde. Además, el murciano acusó a Cavendish de subir remolcándose en los puertos, algo de lo que el británico también fue acusado en el Giro de Italia. este mismo año el propio Greipel, ya retirado, dio a conocer sus sospechas públicas por el poco tiempo que había perdido Démare respecto a Nairo Quintana, el ganador de la etapa, en la ascensión al Col du Portet.
En 2001 la situación fue más allá y se repescaron hasta 161 corredores, una barbaridad pocas veces vista,
El artículo del fuera de control que versa en el reglamento del Tour deja la opción de dejar clasificarse por causas excepcionales por causas de fuerza mayor. Sin embargo este artículo ha sido tachado de arbitrario y subjetivo, y al final la propia regla en sí tiene contradicciones fácilmente comprobables en la historia reciente del ciclismo.