Con depresión nos expresamos de otra manera y un ordenador lo detecta
Los científicos llevan mucho tiempo intentando encontrar la relación entre la depresión y el lenguaje. La tecnología está ayudando a despejar esta incógnita
Madrid
La depresión puede influir en casi todo, desde la forma en que nos movemos o dormimos, hasta la manera de interactuar con las personas que nos rodean. Se percibe incluso en la forma en que hablamos y en nuestra expresión escrita. A veces, este “lenguaje de la depresión” puede provocar efectos en los demás. Fíjese en el impacto de los poemas y de las letras de las canciones, respectivamente, de Sylvia Plathy Kurt Cobain. Ambos se suicidaron después de padecer depresión.
Los científicos llevan mucho tiempo intentando encontrar la relación entre la depresión y el lenguaje. La tecnología está ayudando a despejar esta incógnita. Nuestro nuevo estudio, publicado en la revista Clinical Psychological Science, ha descubierto que algunas palabras ayudan a detectar si alguien padece depresión.
Tradicionalmente, los análisis lingüísticos en este ámbito los habían realizado investigadores a través de la lectura y la toma de apuntes. En la actualidad, los métodos de análisis computacional de textos permiten procesar en cuestión de minutos una gran cantidad de datos. Esto posibilita que se detecten características lingüísticas que los humanos podemos pasar por alto, calculando el porcentaje de prevalencia de las palabras y de las clases de palabras, la diversidad léxica, el promedio de longitud de las frases, las estructuras gramaticales y muchas otras características.
Hasta ahora, los escritos de caracter personal, como los diarios de las personas con depresión, han sido útiles. Un ejemplo de ello son las obras de artistas conocidos como Cobain y Plath. Con respecto a la palabra hablada, fragmentos del lenguaje natural de las personas con depresión también han sido útiles. En conjunto, las conclusiones de esta investigación demuestran de manera clara y contundente las diferencias entre el lenguaje de las personas con síntomas y sin síntomas de padecer depresión.
El contenido
El lenguaje se puede dividir en dos componentes: contenido y estilo. El contenido está relacionado con lo que expresamos, es decir, el significado de nuestras declaraciones. Es sorprendente que casi nadie se haya dado cuenta de que los que tienen síntomas de padecer depresión usan gran cantidad de palabras que expresan emociones negativas, sobre todo adjetivos y adverbios negativos, como “solitario”, “triste” o “fatal”.
Más interesante aún es el uso de los pronombres. Las personas con síntomas de padecer depresión usan muchísimo más el pronombre de primera persona del singular, “yo”, y mucho menos los pronombres de las segundas y terceras personas del singular y del plural, como “ellos/as” o “él/ella”. Este patrón indica que las personas con depresión está más centradas en ellas mismas y menos unidas a los demás. Los investigadores afirman que los pronombres ayudan a identificar la depresión mejor que las palabras que expresan emociones negativas.
La rumiación (la obsesión por los problemas personales) y el aislamiento social son características propias de la depresión. Sin embargo, no se sabe por qué presentan diferencias según se trate de atención o de manera de pensar. ¿La depresión hace que las personas se centren en ellas mismas o son las personas que se centran en ellas mismas las que acaban padeciendo depresión?
El estilo
El estilo del lenguaje está más relacionado con cómo nos expresamos que con el contenido de lo que transmitimos. Nuestro laboratorio ha llevado a cabo un análisis masivo de datos de 64 foros en línea sobre salud mental, revisando lo dicho por alrededor de 6.400 miembros. Las palabras absolutistas, que expresan magnitud o probabilidad absoluta, como “siempre”, “nunca”, “totalmente”, han sido las más relevantes en los foros de salud mental, superando incluso a los pronombres o a las palabras que expresan emociones negativas.
Desde el comienzo de nuestro estudio pensamos que las personas con depresión tendrían una visión del mundo más en blanco y negro que los demás, y que eso se manifestaría en el estilo del lenguaje. Comparado con otros 19 foros de control (como el de Mumsnet y el de StudentRoom), el predominio de las palabras absolutistas es aproximadamente un 50% mayor en los foros sobre ansiedad y depresión, y un 80% mayor en los foros sobre pensamientos suicidas.
Los pronombres produjeron un patrón distributivo similar al de las palabras absolutistas en los foros, pero el efecto fue menor. Sin embargo, las palabras que expresan emociones negativas fueron, paradójicamente, menos predominantes en los foros sobre pensamientos suicidas que en los foros sobre ansiedad o depresión.
Nuestra investigación incluye también foros sobre recuperación, en los que los miembros que sienten que se han recuperado de la depresión escriben entradas positivas y motivadoras sobre su recuperación. Aquí es donde nos damos cuenta de que las palabras que expresan emociones negativas se usan igual que en los foros de control, mientras que las palabras que expresan emociones positivas se usaron un 70% más. No obstante, el predominio de las palabras absolutistas fue mucho mayor que en los foros de control, pero un poco menores que en los foros de ansiedad y depresión.
Las personas que ya han padecido depresión son las que, de manera significativa, pueden volver a recaer. Sin embargo, la enorme tendencia al pensamiento absolutista, incluso cuando no existen síntomas de depresión, es una señal de que es una de las causas que pueden provocar un nuevo episodio de depresión. Ocurre lo mismo con el uso de los pronombres, pero no con el de las palabras que expresan emociones negativas.
Conclusiones prácticas
Comprender el lenguaje de la depresión puede ayudarnos a entender la forma de pensar de las personas que padecen esta enfermedad, pero también podemos obtener conclusiones muy prácticas.
Los investigadores están combinando el análisis automático de textos con el aprendizaje automático (ordenadores que aprenden a través de la experiencia sin ser previamente programados) para clasificar distintos tipos de salud mental.
Esta clasificación supera la que ya habían realizado psicólogos cualificados. Es importante saber que la clasificación del aprendizaje automático será mejor cuanto mayor número de datos se le añadan y cuanto más sofisticados sean sus algoritmos. Es algo que va más allá de del estudio de los patrones de absolutismo, negatividad o uso de pronombres de los que hemos hablado. El uso de ordenadores para identificar con exactitud las subcategorías de los problemas de salud mental, como el perfeccionismo, los problemas de autoestima y la ansiedad social, no ha hecho más que empezar.
Mohammed Al-Mosaiwi, PhD Candidate in Psychology, University of Reading
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.