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El Sky domina el Tour y el ciclismo

El equipo británico ha certificado que existe una nueva forma de correr y que ellos llevan la iniciativa en la carretera

La piedra angular del proyecto es Froome, pero si falla tienen a otros corredores capaces de llegar a lo más alto

El Sky es el gran dominador del ciclismo actual / BENOIT TESSIER (Reuters)

Hay una nueva forma de correr en el ciclismo. Se venía avisando en los últimos años, pero la presente edición del Tour de Francia lo ha confirmado definitivamente. El Sky es dueño y señor de las carreteras y el Tour es la carrera donde más obvio se ha hecho esta nueva forma de ver el ciclismo.

Desde que en el año 2012 Bradley Wiggings se hiciera con la victoria general del Tour de Francia, el combinado británico dirigido por Dave Brailsford se ha hecho con seis de las últimas siete ediciones de la ronda gala. Y hay algo más importante, nadie parece hacerles sombra en el ciclismo. 

Cadel Evans, Vincenzo Nibali, Alberto Contador, Alejandro Valverde, Nairo Quintana o ahora Tom Domoulin han sido algunos de los ciclistas que han sucumbido al poderío del equipo. Nadie parece poder batirles. Solo el italiano rompió la hegemonía inglesa en Francia, y fue en una edición (2014) donde Froome se tuvo que retirar por una caída (algo que también le pasó a Contador en esa edición).

Desde 2012 los británicos han estado en 12 pódiums y se han hecho con ocho ediciones de las Grandes Vueltas. Aunque han logrado ganar tanto en la Vuelta como el en Giro, ha sido en el Tour donde han instaurado su hegemonía y donde han instaurado una nueva forma de hacer ciclismo.

Froome y Thomas entran juntos en meta

Froome y Thomas entran juntos en meta / CHRISTOPHE PETIT TESSON

Ya son famosas las condiciones en las que entrenan de cara a la ronda gala, con concentraciones en altura y un método de entrenamiento imitado a posteriori por otros equipos, aunque siempre con peores resultados. Aún se habla de como entrenaba Wiggings en la preparación para le Vuelta 2011 (antes de los grandes éxitos) cuando rodaba en un granero a casi 50 grados centígrados para simular las condiciones meteorológicas de España.

Se acabaron los ataques imposibles

El ciclismo siempre ha sido un deporte de grandes gestas individuales. Los ataques lejos de meta protagonizaban grandes hazañas pero eso se ha acabado con el Sky. El equipo tiene gregarios que aguantan a casi cualquier gran escalador del mundo y la fila de corredores cede en muy pocas ocasiones. Ya lo ha probado en sus carnes un retirado Alberto Contador. Los líderes ya ni saltan a los ataques de los rivales. Con sangre fría, dejan que sean los gregarios los que sigan tirando hasta que el atacante de delante cede y tiene que renunciar.

La afición ha visto como se practica un ciclismo menos atractivo. Los ciclistas atacan sabiendo que los gregarios del equipo británico van a poder con ellos y muchas veces ni siquiera pueden aguantar el ritmo y lo único que pueden hacer es mantenerse a rueda. El ritmo del Sky hace que se vean menos ataques que nunca.

Este año concretamente hemos visto muy pocos ataques entre los cuatro primeros, y las arrancadas de Domoulin han sido en la parte final de los puertos y siempre sin éxito. Además se ha ijnstaurado un nuevo tipo de corredor, el contrarrelojista que ha aprendido a subir la montaña al nivel de los escaladores. De ese perfil son Thomas, Domoulin o en su día Wiggins. Muy buenos corredores contra el crono en sus inicios que posteriormente han mejorado en montaña.

Los vatios y la tecnología

Las nuevas tecnologías también han llegado a la ronda gala. Perico Delgado, que ha cumplido 30 años desde que ganó el Tour de Francia, ha hablado de esto, afirmando que le quita "espectacularidad al deporte". Para el segoviano, antes se atacaba y luego te daba una pájara si te quedabas sin fuerzas, mientras que ahora solo lo haces si te lo dicen los vatios.

Son muy comunes las imágenes de Froome mirando el potenciómetro o de cualquier miembro del equipo hablando por el pinganillo con el coche de equipo. Ya son muy pocos los ciclistas que se mueven por sensaciones, y desde luego no son los que están luchando hoy en día por las Grandes Vueltas.

¿Cómo se les para?

Ningún equipo da con la tecla. En el Tour 2015, Quintana estuvo más cerca que nadie de batir a Froome, pero ni siquiera en una situación así el británico estuvo solo, ya que Woulter Poels y Richie Porte le hicieron la subida a Alpe d´Huez prácticamente entera al británico. 

Thomas y Domoulin se saludan en meta

Thomas y Domoulin se saludan en meta / PHILIPPE WOJAZER

Este año el Tour ha puesto en marcha medidas para reducir el poderío del equipo británico sin éxito. Reducir el número de miembros del equipo de nueve a ocho no ha resultado y la novedosa etapa de 65 kilómetros finalmente no fue tan novedosa.

Se ha hablado de reducir el peso de la tecnología en carretera o de ciertos límites salariales. Esto último ha sido muy comentado. El conjunto inglés cuenta con mucho presupuesto y cuenta con becarios que podrían ser líderes de cualquier otro equipo UCI WorldTour. De hecho Richie Porte o el propio Froome fueron gregarios antes que líderes, el primero ya en otro equipo. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha convencido, por el momento, a los máximos organismos del ciclismo internacional.

Sensación de impunidad

Todo esto se une a la sensación de impunidad que tiene el conjunto de Dave Brailsford, lo que ha causado mucha enemistad con la afición, sobre todo la francesa. El positivo de Froome por una sustancia por la que se ha sancionado a muchos otros ciclistas no tuvo consecuencias para el líder británico, algo que no ha gustado al aficionado. La ronda gala tuvo que dejar correr al tetracampeón tras conocer la resolución de la UCI, levantando el veto que le había puesto el día anterior.

No acaba ahí la cosa y ha habido más quejas. En el Tour de 2016 Froome fue derribado por una moto y los jueces le dieron el mismo tiempo que al resto en meta. Este año la situación se ha repetido con Nibali (tuvo que retirarse) y la ronda gala no le concedió el mismo tiempo, lo que no hizo más que aumentar la sensación de impunidad.

De momento, el Sky parece imbatible. Este año ha fallado Froome, pero Thomas se ha hecho con la victoria final cuando no había conseguido un solo top ten en una Gran Vuelta. Se ha mostrado imbatible en todos los terrenos y no ha mostrado ninguna debilidad.

El ciclismo es del Sky y el resto de equipos tendrán que seguir intentándolo en los próximos años para acabar con le hegemonía británica y poner en verdaderos apuros a los corredores del conjunto inglés. 

 

 
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