Un robo de joyas reales desata una persecución policial en Suecia
Unos ladrones se han apoderado de dos coronas y una orbe en una iglesia de Suecia. Las joyas datan del siglo XVII y pertenecen al rey Carlos IV y a su esposa, la reina Cristina.
Los ladrones han huido en una lancha motora situada a escasos metros del lugar del robo. Dos coronas y una orbe, adornadas con oro, piedras preciosas y perlas componen su botín. Los atracadores han roto una vitrina para poder acceder a las alhajas, que forman parte de una colección de la familia real sueca. Las piezas se encontraban en una catedral al sureste del país, a una hora de Estocolmo. La policía aún no ha logrado atrapar a los delincuentes.
Fueron testigos presenciales quienes avisaron a la policía. Uno de ellos ha dicho que “sabía que eran ladrones por la manera como se estaban comportando”. Todavía no hay sospechosos, pero la policía ha hecho público el incidente para intentar recuperar las joyas. “Queremos recabar información e imágenes de los artículos para que puedan identificarse los objetos robados”, ha dicho el portavoz de la policía. Los agentes barajan diferentes rutas como posibles, aunque lo cierto es que no hay itinerarios claros.
De acuerdo con el portavoz de la policía, se desconoce el valor económico real del botín. Es muy difícil vender las reliquias en el mercado porque “son objetos incalculables para el interés nacional”, ha dicho. Los agentes esperan recuperarlo tarde o temprano. Nadie ha resultado herido en el asalto.
El rey Carlos IX fue un opositor acérrimo del catolicismo, así como un fiel defensor de la independencia sueca. Murió en 1611 y su esposa, la reina Cristina, en 1625. Ambos fueron enterrados en la catedral luterana de Strängnäs, lugar donde se ha producido el robo y donde aún descansan sus restos.