Un sólido Atlético de Madrid gana la Supercopa de Europa al Real Madrid

Fue un partido vibrante, aguerrido, vistoso. Un derbi en toda regla. Por mucho que se juegue a mitad de agosto. Un derbi donde el Atlético se mostró mucho más solido y hecho que un Madrid que acababa de comenzar una era. La era post Cristiano. Los rojiblancos consiguieron la victoria en una prórroga donde fueron mucho más letales con tantos de Saúl y Koke.

El partido comenzó también con tanto rojiblanco. Porque no se había cumplido ni tan siquiera el primer minuto de partido cuando el Atlético hizo diana. Lo firmó Diego Costa, que aprovechó la caraja inicial de Ramos primero y de Varane después, para adelantar a los suyos en el segundo 54 de partido con un remate escorado fusilar a Keylor Navas. Fue, de hecho, gol más rápido en cualquier final europea.

Pronto se dio cuenta el equipo de Lopetegui, donde no estuvo Modric de inicio, que no le tocaba otra que hacerse dueño de la pelota para intentar acercarse a la meta de Oblak. Así lo hizo. Ese empuje de los blancos hizo retroceder al equipo del Cholo unos veinte metros.

Se convirtieron entonces en protagonistas Asensio, Benzema y Bale, sabedores de todo lo que se espera de ellos en esta era post Cristiano. Después de que el balear tuviese una clara ocasión cumplido el primer cuarto de hora, desvaratada por un gran Oblak, fue el francés el autor del gol del empate, en el minuto 26, después de un pase de Bale.

Una velocísima internada del galés por la derecha, en la que dejó atrás a Lucas Hernández, que hoy jugó de lateral en lugar de Filipe Luis, terminó con un pase al segundo palo que remató con la testa Benzema, uno de los más destacados de su equipo en el primer acto.

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El Atlético quiso en la segunda parte cambiar el plan y a la vuelta de vestuarios se volvió más mandón. Con Saúl y Rodrigo más protagonista, el equipo del Cholo tuvo más toque y más intención.

Pero el entrenador argentino, que no vio el partido en el banquillo por sanción, no vio las cosas muy claras y a los diez minutos de este segundo acto decidió sacar del campo a Antoine Griezmann, que hizo uno de sus peores partidos con la casaca rojiblanca, y dió entrada a Correa. También Lopetegui, que quería recuperar el dominio de la bola, aprovechó el mismo momento para cambiar cromos. Entró Modric y se fue Marco Asensio.

Con el croata ya con el timón de los blancos se acercaron más los madridistas a la meta de Oblak. En un saque de esquina mientras Juanfran intentaba evitar que Benzema rematase tocó la pelota con la mano y el árbitro no dudó en pitar penalti. Como en las competiciones de la UEFA no hay VAR tampoco hubo más discusión. Sin Cristiano ya en el equipo, fue Sergio Ramos, ya veremos si será él siempre a partir de ahora, el encargado de tirar el penalti. Lo marcó el capitán con paradinha incluida.

Lejos de caer a la lona el Atlético se sobrepuso a este golpe blanco. El premio llegó en forma de gol a falta de diez minutos para el final. ¿El autor? Diego Costa de nuevo. Aprovechó un buen pase de Correa y de nuevo una caraja de la defensa madridista, como en el primer gol. Aunque esta vez fue de Marcelo.

El partido murió sin más que llevarse a la boca. Ya en la prórroga el partido se tiñó de blanco desde el inicio porque el Atlético esperó en su campo y dejó hacer a los hombres de Lopetegui. Pero en esas andaba el partido cuando primero Saúl, un verdadero experto en hacer goles soberbios en los mejores escenarios, firmó el tercero del Atlético y luego Koke el cuarto. La segunda parte de la prórroga fue un quiero y no puedo del Madrid.