Peter Sagan nunca deja indiferente a nadie. El eslovaco llegó en el grupo de los sprinters que llegó en la subida a Monte Oiz en Bizkaia que ganó el canadiense Woods, pero eso no le impidió ser protagonista un día más. En las duras rampas de la subida final, el eslovaco se dedicó a hacer el caballito para admiración de los aficionados y estupefacción de sus rivales, que se asombraban viendo como el campeón del mundo mostraba esa hablidad con la bicicleta en esas rampas tan duras. No es la primera vez que Sagan hace esto. En el Tour de Francia ya lo hemos visto en varias ocasiones, como por ejemplo en la subida al mítico Alpe dHuez, donde además de hacer el caballito saludaba a los aficionados, que respondían con aplausos.