Condenado el dueño de un restaurante por explotar a migrantes para reformar su local
Un hostelero chino de Alcalá de Henares acepta un año de cárcel por hacer trabajar jornadas de más de doce horas a tres migrantes en las obras del local para después ni siquiera pagarles ni darles de alta en la Seguridad Social
Madrid
El dueño de un restaurante chino de la localidad madrileña de Alcalá de Henares ha aceptado un año de cárcel por explotar durante dos meses varios migrantes, algunos de ellos en situación irregular, para reformarle el local: trabajaron durante sesenta días en jornadas de más de doce horas y finalmente el condenado ni siquiera les pagó.
Los hechos, según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid a la que ha tenido acceso la Cadena SER, tuvieron lugar en la ciudad complutense en marzo de 2016. El dueño de este restaurante chino de la vía Complutense de Alcalá de Henares se hizo con los servicios de tres hombres para reformar su local, acordando pagarles 60 euros al día y darles de alta en la Seguridad Social. Uno de ellos era argelino, otro marroquí y otro malasio y los dos últimos estaban en situación irregular en nuestro país.
La obra empezó y las jornadas laborales se alargaron durante dos meses de lunes a domingo por encima de las doce horas diarias, durmiendo a veces en el local: no se respetaban los descansos para comer, no se les dio de alta en la Seguridad Social, no se les suministró ningún tipo de material de protección y, según ha reconocido el propio condenado, no vieron ni un solo euro de los más de 3.000 que tendría que haber cobrado cada uno.
No entrará en prisión
La sentencia ya firme de la Audiencia de Madrid ha sido dictada en conformidad después de que el acusado reconociese los hechos incluso antes del juicio, que no tuvo que celebrarse. La condena incluye un año de cárcel por un delito contra los derechos de los trabajadores, una multa de 1.200 euros y pagar a los tres afectados el dinero que les corresponde: hasta 3.300 euros en el caso de dos de ellos y 2.800 para el otro.
El propio tribunal acuerda la suspensión de la ejecución de la pena de cárcel, por lo que el dueño del restaurante no tendrá que entrar en prisión a cambio de no delinquir de nuevo o no pagar las indemnizaciones establecidas.