La polémica acción de una activista rusa para acabar con el 'manspreading'
Una iniciativa "para que todos puedan comprender qué parte del cuerpo controla el comportamiento de los hombres"
Madrid
Cada vez son más las ciudades que luchan contra el 'manspreading' en el transporte público. Desde la EMT de Madrid, que desarrollaba una campaña para educar a los pasajeros sobre la importancia de mantener las rodillas juntas cuando viajan en el transporte público, hasta otras ciudades como Nueva York, Seattle o Japón, quienes han advertido en numerosas ocasiones sobre la necesidad de respetar al resto de pasajeros.
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La última iniciativa para hacer frente al despatarre en el transporte público ha sido desarrollada por la activista rusa Anna Dovgalyuk. Una estudiante de derecho, de apenas 20 años de edad, que ha decidido rociar a todas aquellas personas que practiquen el 'manspreading' en el metro de San Petersburgo con un compuesto creado a partir de agua y lejía.
"Si muestras públicamente lo macho eres, ¡te refrescaremos públicamente!"
Ante la "pasividad del gobierno ruso" para erradicar esta extendida práctica, la activista ha decidido llevar a cabo una polémica acción "para que todos puedan comprender qué parte del cuerpo controla el comportamiento de los hombres". Después de realizar un compuesto a partir de 30 litros de agua y seis litros de lejía, Dovgalyuk acudió al metro de la ciudad para hacer frente a la "agresión de género" que supone el despatarre.
Una vez allí, la estudiante comenzó a rociar este compuesto sobre la ingle de aquellos hombres que, bajo su punto de vista, estaban sentados de una forma ofensiva. "Esta solución es 30 veces más concentrada que la mezcla usada por las amas de casa cuando lavan la ropa", ha explicado la activista, "se come los colores de la tela, dejando manchas indelebles sobre la misma".
La acción divide a Internet
Tras el éxito de esta campaña a través de las redes sociales, la activista se ha propuesto continuar su campaña en otras ciudades como Kazán y Moscú. Una campaña que ha dividido a Internet. Mientras que algunos aplauden la acción de Dovgalyuk, otros denuncian que el compuesto puede llegar a provocar quemaduras sobre la piel de los pasajeros del metro o que ha podido destrozar sus pertenencias.
Otro grupo de internautas, así como medio ruso Rosbalt, considera que el vídeo fue escenificado puesto que hay poca gente en los vagones del metro. Entre ellos destaca Stanislav Kudrín, quien se presentó como uno de los hombres que habían sido rociados en el metro: "Nos echaron agua encima. Además, el que estaba durmiendo con la capucha también era yo. Claro que es una escenificación. Esa sensación, cuando llegas a la filmación con dos pantalones extra, y te vas con un salario".
Tras estas declaraciones, la protagonista del vídeo María Rein ha asegurado, en declaraciones a The Village, que la acción es completamente verídica: "Para ser sincera, no recuerdo a todos a los que rocié. Creo que el hombre no pierde el tiempo y quiere promocionarse. O tal vez solo esté avergonzado, pero solo son mis conjeturas". Ya sea grabado por actores profesionales o no, la activista ha conseguido reabrir el debate sobre el 'manspreading' en el transporte público ruso.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...