¿Alguna vez has pensado en dejarlo todo y desaparecer? ¿Irte a un lugar recóndito en el mundo y perderte para después encontrarte? Pues precisamente esta es la premisa de la que parte «El pueblo», la nueva comedia de Telecinco con los creadores de «La que se avecina». Se trata del primer proyecto original de Alberto y Laura Caballero desde «Aquí no hay quién viva». Y, evidentemente, la convivencia vuelve a ser el conflicto que se utiliza como común denominador de la historia. Pero ojo, porque «El Pueblo» no tiene nada que ver con «La que se avecina». Esto es otra cosa, o lo que a su autor le gusta denominar como «una comedia al aire libre». «El público no va a ver La que se avecina», asegura Alberto Caballero. «Va a ver una comedia distinta. Además, no se ha hecho una comedia en prime time que no tenga un solo plano de plató. En El Pueblo todo es escenario natural. De hecho, en las comedias no se ve techo y aquí sí se ve». Lo que sí tiene en común «El Pueblo» con «LQSA» es que ambas son series corales en las que un grupo muy dispar tiene que convivir en un entorno concreto. Sin embargo, esta nueva producción parte de un planteamiento distinto y más ambicioso. «Empezó siendo una serie sobre urbanitas en un medio rural que acabó combinando con lugareños siendo invadidos». Y es que «El Pueblo» gira en torno a un grupo variopinto procedente de la ciudad que por diversas causas fija su residencia en Peñafría, una localidad soriana amenazada por la despoblación. Allí tendrán que iniciar una convivencia en comunidad, adaptarse a costumbres muy diferentes y forjarse una nueva vida. Ya nadie recuerda los tiempos convulsos que vivió Telecinco cuando mandó construir una comunidad de vecinos a imagen y semejanza de «Aquí no hay quién viva». «La que se avecina» no lo tuvo nada fácil. Las primeras temporadas no recibieron el beneplácito del público y eso quedó bien reflejado en los índices de audiencia. Ahí, los hermanos Caballero le vieron las orejas al lobo y se pusieron a trabajar en varios proyectos por si «LQSA» recibía un despido procedente. «El Pueblo surgió en uno de los agobios del principio de La que se avecina, cuando dábamos por hecho que la serie no iba a tener una vida tan prolongada. La situación era convulsa a nivel interno y empezamos a hablar de ese síndrome escapista en el que dices me voy y a tomar por culo todo», cuenta. «Pensando un día de manera natural salió la idea. En ese momento empezó a ponerse de moda también el rollo neo-hippy y lo de la ecoaldea. Juntamos las dos cosas y vimos un conflicto cómico muy claro». Con las ideas más o menos claras, los responsables de esta producción se hicieron con una edición de «Pueblos abandonados de España» y salieron a la carretera en busca de un pueblo en riesgo de despoblación. Les costó lo suyo dar con la localización perfecta, pero lo consiguieron. «La cosa se empezó a complicar, no sabíamos dónde hacer la serie y tuvimos que mandar a todo el mundo por todas partes», desvela el también productor ejecutivo. «Roberto Monje, uno de los directores de la serie, es de Soria, y empezó a moverse por la zona. Me llamó un día y me dijo que la Caja Rural de Soria había rehabilitado un pueblo para hacer bodas: Valdelavilla. Eso parecía Riverdale». A Caballero le parecía un pueblo demasiado vistoso. Por eso mismo mandó estropearlo, afearlo para dar con ese pueblo cochambroso que necesitaban para que el impacto de los protagonistas resultase creíble. Y así ha sido como Valdelavilla se ha transformado durante cuatro meses en el plató de la que será la próxima gran comedia de Telecinco, un lugar de rodaje que también ha servido como alojamiento, comedor, oficina, sala de vestuario y zona de ocio para el equipo artístico y técnico de «El Pueblo». Casi un «Gran Hermano» (a efectos prácticos) en el que el objetivo era sacar una serie de ocho capítulos con vocación a convivir en parrilla con su hermana mayor. ¿El resultado? Próximamente en sus televisores.