Los republicanos critican el anuncio de Trump de retirarse del acuerdo nuclear con Rusia
Trump asegura que Moscú viola el acuerdo que prohíbe a ambos países poseer, producir o probar misiles nucleares lanzados desde tierra con un rango de 500 a 5.500 kilómetros
Washington
Donald Trump sabe cómo y cuándo marcar la agenda y lo ha vuelto a hacer. En medio de la polémica internacional del asesinato del periodista Jamal Khashoggi y de las críticas internas por el apoyo de la Casa Blanca al príncipe saudí, Mohamed Bin Salman, el presidente de Estados Unidos ha soltado una bomba geopolítica que, de cumplirse, tendrá repercusiones a nivel global: la retirada de Estados Unidos del tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), firmado con Rusia en 1987, considerado como un acuerdo clave para poner fin a las tensiones de la Guerra Fría.
Trump aseguró a los reporteros este fin de semana que "Rusia ha violado el acuerdo... así que vamos a rescindirlo, a eliminarlo", dijo sin aportar ningún detalle más. "Estados Unidos tendrá que desarrollar este tipo de armas si Rusia y China lo están haciendo", añadió.
La administración Obama denunció en 2014 que Moscú estaba incumpliendo el pacto, firmado por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, que eliminó los misiles balísticos y de crucero nucleares con un rango de entre 500 y 5.500 kilómetros. "No sé por qué el presidente Obama no negoció ni se retiró", dijo Trump, "pero no vamos a dejar que Rusia viole un acuerdo nuclear y fabrique armas mientras a nosotros no se nos permite", insistió.
Los halcones en Defensa estadounidenses respaldan las declaraciones del presidente, impulsadas por su asesor de seguridad nacional, John Bolton. Creen que el acuerdo está obsoleto porque limita las pruebas de defensa de EEUU en el Pacífico mientras China, que no lo ha ratificado, avanza con su arsenal.
Sin embargo, miembros del partido Republicano están alarmados por las consecuencias que tendría la eliminación de este y otros pactos internacionales para controlar la proliferación de armas nucleares, que también están en cuestión. El senador republicano, Bob Corker, que es además presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cree que "sería un gran error" deshacer los tratados de control de armas nucleares que han ratificado ambos países. Corker alertó también de las intenciones de eliminar otro tratado bilateral, el New START, que limita las reservas de misiles de largo alcance y submarinos de Washington y Moscú. Este senador impulsó la ratificación del Senado de una extensión actualizada del tratado en 2010, que tendría que ser renovado en 2021 y que ahora está en cuestión.
Rusia ha negado repetidamente estas acusaciones. Altos cargos del Kremlin aseguran que abandonar este tratado significaría "un colapso de todo el régimen de no proliferación de armas nucleares y desarme del planeta".
Para la Asociación de Control de Armas, una organización con sede en Washington especializada en la promoción de políticas de control de armas, la retirada del INF sería "un giro erróneo, innecesario y contraproducente que podría llevar a una competencia de armas nucleares sin restricciones y peligrosa con Rusia". Asegura en un editorial que la salida de ambos acuerdos supondría la "crisis de control de armas nucleares más grave en décadas".