Teddy Bautista, fuera de la junta directiva de la SGAE
El expresidente de la sociedad no ha logrado el apoyo suficiente para entrar en el órgano del gobierno tras unas elecciones sin voto digital en las que la participación no ha alcanzado el 10%
Madrid
Tres son los resultados más interesantes que se derivan de las elecciones celebradas este viernes en la Sociedad General de Autores Españoles.
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El primero y más inmediato es el bajo índice de participación. Muy pocos autores se han acercado a las urnas o enviado sus votos por correo. De los 18.970 socios con derecho a depositar sus papeletas, tan sólo 1.750 lo han hecho. Es una participación muy baja, como reducida (aunque algo superior en porcentaje) ha sido la de los votos que representaban. De los 103.000 en juego, sólo se han emitido 18.531 votos. Esto es, el 18'16% del total. Y más, porque en las elecciones anteriores fueron a las urnas casi 2.600 socios.
Es difícil saber cuáles son las razones últimas de la "estampida" de socios no muy acostumbrados a ejercer su derecho al voto, aunque sobre la mesa estaba el llamamiento a la abstención realizado por parte aquellos miembros de la ejecutiva de la entidad que llevan meses manteniendo un pulso contra quienes ahora ostentan el poder y a los que se les acusa de formar parte de "la rueda", parte de cuyas actividades presuntamente irregulares están siendo investigadas por la Audiencia Nacional.
También es necesario recordar que el voto electrónico nunca estuvo disponible para estas elecciones porque la Junta directiva (rota en dos mitades, aunque controlada por los músicos) siempre se negó a habilitarlo aduciendo que no estaba en el reglamento interno. Y eso, a pesar de la exigencia de una parte de la propia dirección de la sociedad y del requerimiento/apercibimiento del ministerio de Cultura.
Es imposible saber el efecto real que hubiera tenido esa otra vía para la votación aunque se intuye que hubiera podido inclinar la balanza contra quienes hoy parecen haber ganado por "los pelos".
El segundo resultado de las elecciones celebradas en un verdadero clima de "guerra civil" es que Teddy Bautista ha quedado fuera de la Junta directiva. No ha logrado suficientes votos para encabezar lo que el mismo creía que iba a ser la renovación absoluta de la entidad. Bautista, que debe sentarse en el banquillo de los acusados por el caso SAGA y que gobernó el "maná" de los derechos en épocas de abundancia, consideraba posible enderezar el rumbo de SGAE en pocos meses, un espejismo que al desvanecerse ahora evidencia que la salida a la crisis "metafísica" que vive la sociedad parece casi "misión imposible".
El tercer resultado abunda en la dificultad de encontrar una solución que apacigüe a una entidad que es esencial en el mecanismo de creación y, por lo tanto, en el desarrollo de cualquier política de gestión cultural. No esa claro que los músicos defensores de su trabajo en las televisiones y que las editoriales cercanas a las emisoras hayan logrado una mayoría en la Junta directiva que les permita controlar la sociedad como lo han hecho durante los últimos tiempos. Si pueden hacerse con el control de la dirección será por un margen tan estrecho que las heridas internas seguirán abiertas y el enfrentamiento con el ministerio de Cultura encaminará a SGAE hacia una más que posible petición de intervención judicial en tan solo un par de meses.
Es difícil saber quien será la persona que acabará presidiendo SGAE. Quien asuma el reto ya sabe que su legitimidad va a ser discutida. De hecho, la "oposición" no reconoce los resultados de estas elecciones. Y más, porque han sido 29 los candidatos que se han retirado durante el proceso de las elecciones. Queda por saber si su misión será la de "recomponer" la unidad o la de romper de manera definitiva con el modelo actual de negocio y de gestión interna.
Los indicios, tan obstinados como las voluntades implicadas, apuntan a una inevitable fractura que la "espada de Damocles" de una posible intervención judicial podrían incluso no evitar. Las elecciones de este viernes parecen haber sido un "Déjà vú" que tiene todas las cartas para acabar "como el rosario de la aurora".
Javier Torres
Redactor de Política, trabaja en el Congreso y hace seguimiento de Vox. Anteriormente formó parte de...