Guía para entender las elecciones legislativas en Estados Unidos
Estados Unidos vuelve a las urnas el próximo 6 de noviembre en unos comicios en los que Donald Trump se la juega pese a que no aparecerá en ninguna de las papeletas
Madrid
No son ni tan conocidas ni tan mediáticas como las elecciones presidenciales, pero no por ello son menos importantes. Estados Unidos se enfrenta este martes 6 de noviembre a unas impredecibles elecciones legislativas que, a pesar de que el nombre de Donald Trump no estará en ninguna de las papeletas, marcarán el rumbo de los dos años que restan del mandato del actual presidente.
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¿Qué son los ‘midterm’?
Cada cuatro años Estados Unidos elige a su presidente en unas elecciones presidenciales que son seguidas en todo el mundo. Sin embargo, no son los únicos comicios en los que tienen que participar los ciudadanos norteamericanos.
Comúnmente conocidos como ‘midterm’ por el hecho de que se celebran en mitad del mandato de un presidente, cada cuatro años tienen lugar unas elecciones legislativas en las que, principalmente, están en juego asientos en la Cámara de Representantes (la cámara baja del Congreso de EEUU) y el Senado (la cámara alta del Congreso).
¿Quién controla actualmente las dos cámaras?
La Cámara de Representantes está repartida entre miembros de los dos principales partidos en la política norteamericana (el Partido Demócrata y el Republicano). Actualmente, el Partido Republicano tiene la mayoría en la cámara baja al poseer 235 de los 435 escaños que forman este organismo, por los 193 asientos ocupados por demócratas. A ellos hay que sumar 7 asientos que actualmente se encuentran vacíos, pero que también estarán en juego el próximo martes.
En el Senado, el partido republicano tiene una mayoría muy ajustada. De los 100 escaños, 51 están controlados por el partido republicano, que en esta cámara lidera Mitch McConnell. Los demócratas, encabezados en el Senado por Nancy Pelosi, mantienen actualmente 47 asientos, por los dos que están en manos de partidos independientes, que votan en sintonía con los demócratas.
¿Cuántos asientos están en juego?
Todos los 435 representantes de la Cámara de Representantes, que cumplen mandatos de tan solo dos años, serán elegidos en las elecciones de este 6 de noviembre. Para conseguir mayoría en esta cámara, tanto demócratas como republicanos necesitarán al menos 218 escaños. De esta manera, el Partido Demócrata necesitaría 25 escaños más de los que logró hace un par de años para recuperar el control de la Cámara de Representantes.
En lo que respecta al Senado, cuyos miembros son reelegidos cada 6 años, solo 35 de los 100 escaños formarán parte de los ‘midterm’ de 2018. De estos 35 puestos que están en el aire, 24 los ocupan senadores demócratas, 9 son republicanos y 2 son propiedad de partidos independientes. Es decir, los demócratas necesitan robar 2 asientos (sin perder ninguno de los que disponen hasta ahora) para tener el control de la cámara alta, ya que un empate a 50 entre progresistas y conservadores favorecería al partido de Trump porque el vicepresidente Mike Pence tiene la potestad de desempatar.
¿Por qué son tan importantes estas elecciones?
Trump se juega mucho en estas elecciones, que suelen convertirse en una suerte de plebiscito sobre la gestión del presidente que ocupa el despacho Oval. Pero no solo está en juego el duelo moral de cara a las elecciones presidenciales de 2020. La importancia de estos comicios radica en el hecho de que todas las leyes que quiera aprobar el gobierno deben ser aprobadas por las dos cámaras: el Senado y la Cámara de Representantes.
Una derrota de los republicanos en uno de estos dos organismos daría a los demócratas la posibilidad de paralizar la agenda legislativa de Donald Trump, e incluso, iniciar el proceso de impeachment, el mecanismo por el que la Cámara de Representantes puede decidir destituir al presidente si se aprecia cualquier tipo de delito en su gestión al frente del gobierno. Y en esto puede jugar un papel muy importante la investigación llevada a cabo por el fiscal especial Robert Mueller en relación con la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 que dieron la victoria a Donald Trump.
¿Qué pasaría si los republicanos mantuvieran las dos cámaras?
Todo se mantendría igual. Los republicanos (y Trump) podrían respirar tranquilos hasta las elecciones de 2020. Las investigaciones a miembros de la administración se reducirían, el gobierno podría avanzar en sus planes para construir el muro en la frontera con Mexico, eliminar por completo el sistema sanitario impulsado por Barack Obama (el popularmente conocido como ‘Obamacare’), e impulsar nuevos aranceles a productos extranjeros y bajadas de impuestos.
¿Y si los demócratas logran recuperar las dos cámaras?
Saltarían todas las alarmas en la Casa Blanca. Si los demócratas consiguen hacerse con la Cámara de Representantes y el Senado, Trump puede decir adiós a aquellas propuestas que todavía no ha llevado a cabo. Tampoco podrá nominar a jueces federales conservadores y muy probablemente aumentarían las investigaciones a miembros del gabinete del presidente.
Además, con una mayoría demócrata en la Cámara, aumentan las posibilidades de que el partido de la oposición inicie el procedimiento del impeachment, algo que solo ha ocurrido en dos ocasiones a lo largo de la historia de EEUU. Este procedimiento, que sacaría de la Casa Blanca a Trump, puede iniciarse ante casos de “traición, soborno, altos delitos o faltas”.
Sin embargo, el impeachment no es fácil de llevar a cabo. La votación inicial arrancaría en la Cámara de Representantes, donde es necesaria una mayoría simple. Si es aprobada, el proceso pasaría al Senado, donde son necesarios los ‘síes’ de dos tercios de la cámara. La dificultad es tal que solo se han producido dos impeachments a un presidente en la historia del país y ambos fueron promovidos por el Partido Demócrata: en 1868 a Andrew Johnson y en 1998 a Bill Clinton. Los dos fueron aprobados por la Cámara de Representantes pero no pasaron el trámite del Senado.
¿Y si los demócratas se quedan con la Cámara de Representantes y los republicanos con el Senado?
Es la opción más probable según los analistas. Al controlar una de las dos cámaras del Congreso, los demócratas tendrían la capacidad de bloquear la agenda legislativa de los republicanos. Pero sin el control del Senado, tampoco podrían votar sus propias iniciativas.
Además, si los dos partidos principales se reparten las cámaras, aumentaría la probabilidad de un cierre de gobierno. Esto tiene lugar cuando el Senado y la Cámara no se ponen de acuerdo para aprobar presupuestos. Su efecto más inmediato es que muchas de las instituciones del estado se ‘paralizan’, salvo aquellas que se consideran “esenciales”, como el FBI, servicios médicos, las fuerzas armadas o el servicio meteorológico, entre otras. Durante un ‘shutdown’, cerca del 40% de los empleados del gobierno son apartados de sus puestos de trabajo y puestos en suspensión de sueldos.
¿Qué dicen las encuestas?
En términos generales los demócratas parten con ventaja en los ‘midterm’. Una reciente encuesta de NBC News y el Wall Street Journal revela que hasta un 50% de los votantes norteamericanos se muestran decididos a votar por los demócratas este 6 de noviembre, frente al 41% a favor de los republicanos. Los analistas destacan que el entusiasmo de cara a estas elecciones en grupos demográficos como negros, latinos, millenials y mujeres jóvenes puede decantar la balanza a favor de los demócratas. Pero si algo demostraron los últimos comicios presidenciales de Estados Unidos es que las encuestas pueden equivocarse.
El New York Times, en sus proyecciones de resultados para la Cámara de Representantes, da 183 asientos “seguros” para los demócratas (más 11 “muy probables”) por los 140 para sus rivales republicanos (más 28 “muy probables”). Los 73 asientos restantes son declarados “muy competidos”.
En resumen, los sondeos predicen una victoria demócrata en la Cámara y una victoria republicana en el Senado.
¿Por qué pueden ser históricas estas elecciones?
Muchos son los datos que hacen de estos ‘midterm’ unas elecciones para la historia. 256 mujeres se postulan para ocupar asientos en el Senado y la Cámara de Representantes, lo que supone un récord en la historia del país. De ellas 197 representan al Partido Demócrata y 59 al Partido Republicano. Por cámaras, 234 se postulan para la Cámara de Representantes y 22 para el Senado.
Además, en los ‘midterm’ no solo están en juego puestos en el Senado y la Cámara, sino que 36 estados norteamericanos eligen también a sus gobernadores (26 de ellos actualmente ocupados por republicanos, 9 por demócratas y uno por un independiente). En la historia de EEUU solo 2 afroamericanos han conseguido hacerse con un puesto de gobernador. Pues bien, este año Maryland, Georgia y Florida podrían terminar la noche del 6 de noviembre con 3 gobernadores afroamericanos por primera vez en la historia.
Guillermo Nieto
Desde 2017 escribe en la sección digital de la Cadena SER