Peter Sagan: "Tal vez me vaya a la Luna dentro de diez años"

Shanghai

Peter Sagan es diferente al resto de ciclistas. No sólo por sus tres títulos mundiales o sus seis maillots verdes de la regularidad en el Tour de Francia. El eslovaco desprende un carisma único en el pelotón internacional. Es una estrella de rock dentro del cuerpo de un ciclista. Y en Shanghai no ha sido diferente.

Cuando Sagan llegó al aeropuerto de Pudong se encontró con un inesperado recibimiento. El aficionado chino suele ser prudente, pero con Sagan se rompieron los protocolos: agasajaron al eslovaco con banderas, gritos de emoción al verle llegar a China, en lo que fue un recibimiento poco habitual por estos lares.

Sagan se ha impuesto en el segundo Criterium de Shanghai. El Tour de Francia se introdujo primero en Saitama, Japón. Seis ediciones y una respuesta formidable por parte del público nipón. Hace dos semanas, 200.000 aficionados se volcaron con la carrera. En China se ha celebrado la segunda edición, y en una ciudad de 23,7 millones de habitantes han descubierto que a muchos de ellos les interesa el ciclismo.

Horas después de finalizar la prueba hemos charlado con Peter Sagan, en una entrevista que ha emitido Carrusel Deportivo. Una charla distendida, mucho más relajada que la que puedes tener en pleno Tour de Francia o en la preparación de las clásicas de primavera.

“Ya había estado una vez en Pekín, pero ha sido mi primera vez en Shanghai. Ha sido una locura con tanta gente, no esperaba tener tantos seguidores en Shanghai. Es muy bonito de ver”, confiesa Sagan tras comprobar el reconocimiento de la afición asiática, tanto en aeropuerto como en la carrera.

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El ciclista de BORA-Hansgrohe lleva siete años sin lucir el maillot normal de su equipo. Entre títulos mundiales, maillot verde en el Tour o títulos nacionales, siempre ha portado un maillot diferente. Tras ganar tres veces seguidas el Mundial, ha dicho adiós al maillot arcoiris. “Es un reto verme sin el maillot de campeón del mundo, pero también estoy contento porque las estrellas empezaban a pesar (risas). Lo intentaré seguro el año que viene”

Uno de los momentos especiales del año ciclista se produjo cuando Sagan subió al podio de Innsbruck para entregarle la medalla de oro a Alejandro Valverde. El eslovaco confiesa que “le dije a Valverde que estaba muy contento por él, porque creo que es un gran campeón del mundo para el ciclismo. Lo llevaba intentando desde hace mucho tiempo, y finalmente lo ha ganado con 38 años. Chapeau”.

La admiración que siente Sagan sobre Valverde es máxima. En más de una ocasión ha reconocido que cuando tenga los 38 años del murciano no tendrá