Fernando Alonso, el pionero de una década histórica para el deporte español
El piloto asturiano, con su victoria en Hungría en 2003, inició una etapa gloriosa que siguieron Rafa Nadal, Alberto Contador, Pau Gasol, Jorge Lorenzo o Andrés Iniesta, más tarde
El tremendo varapalo del Mundial de fútbol en 2002 en el que un más que polémico arbitraje privó a España de acceder a las semifinales y seguir soñando con su primer gran éxito en el siglo XXI volvía a sacar a la palestra esa máxima que tanto dolía en la nación española: a la hora de la verdad, siempre faltaba algo para terminar triunfando.
Pero los aficionados españoles al deporte vieron muy pronto como todo eso se acabaría en muy pocos años y durante diez años el deporte español viviría una época gloriosa en la que nuestros deportistas triunfarían en los deportes más mediáticos del planeta.
Y todo ello lo empezó Fernando Alonso. Con permiso de un equipo de Copa Davis que ganó en el año 2000 "la ensaladera" ante Australia, la victoria del asturiano en Hugaroring fue la primera gran prueba de que el deporte español comenzaba a sacar la cabeza ante los alemanes, franceses, italianos, ingleses, brasileños o americanos para dejar claro que el momento de España había llegado.
Alonso, en la época en la que Michael Schumacher parecía invencible, logró enganchar a millones de españoles al televisor con sus espectaculares adelantamientos, sus heroicos comienzos de carrera y, cómo no, con sus victorias. El 25 de septiembre de 2005, el piloto de Oviedo logró implantar su firma con letras de oro en la historia del deporte al proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1. Y para mayor logro, al año siguiente, repitió.
El éxito de Alonso permitió a los españoles por primera vez en mucho tiempo ver como "uno de los suyos" se convertía en el ídolo de mucha gente a nivel internacional y fue el primer gran héroe que precedió a muchos más en los años venideros.
Antes, eso sí, un joven de tan sólo 18 años resultaba clave para que el equipo español de Copa Davis volviera a ganar el título ante el equipo de Estados Unidos en 2004. Ese joven se llamaba Rafa Nadal.
Poco se puede decir del tenista balear que no se sepa. Nadal está sin duda entre los mejores tenistas de la historia y, para muchos, es el mejor de todos los tiempos. Sus 17 Grand Slam le avalan como un deportista inolvidable que tiene el respeto del mundo entero.
España tenía en Alonso y Nadal a dos ídolos absolutos, dos españoles que estaban considerados por muchos expertos como los mejores en el deporte. Pero al aficionado español le faltaba algo: un éxito colectivo.
Y ese éxito llegó en 2006. Ese año, con Nadal destrozando a todos en tierra batida y con Alonso convirtiéndose en bicampeón del mundo de Fórmula 1, la selección española de baloncesto logró ganar el que hasta la fecha es su único Mundobasket de su historia. Los Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Jorge Garbajosa, José Manuel Calderón, Rudy Fernández y compañía hicieron historia y emocionaron a una nación entera que veía como por primera vez en el deporte de la canasta los mejores eran los españoles.
A esto se le unió el éxito individual de un Pau Gasol que logró dos anillos con Los Ángeles Lakers, siendo hasta la fecha el único jugador español en ganar un título de NBA. Y en lo colectivo las medallas no dejaron de caer en los Eurobasket posteriores y en los tres Juegos Olímpicos siguientes. Toda una proeza.
A Nadal y Alonso se les unió bien pronto Óscar Pereiro que fue el primero en ganar el Tour de Francia tras la retirada de Lance Amstrong y tras el positivo del tramposo Floyd Landis. Pero en el ciclismo en esta época en España hay que hablar de Alberto Contador. El de Pinto logró tres Vueltas, dos Giros y dos Tours en apenas siete años. Mención a parte merecen también el Tour de Carlos Sastre, la inmaculada carrera de Alejandro Valverde y el Oro de Samuel Sánchez en Pekín.
En el motociclismo, desde el título de 1999 de Alex Crivillé, los pilotos españoles no habían vuelto al cajón más alto del podio en Moto Gp. Valentino Rossi dominaba a placer el deporte de las dos ruedas motorizadas y ni Sete Gibernau ni Dani Pedrosa pudieron frenar la trayectoria del italiano. Hasta la llegada de un Jorge Lorenzo que en 2010 y 2012 logró campeonar y derrocar al transalpino. Más tarde, en 2015, lograría el título en medio de la hegemonía de Marc Márquez, lo que convierte al motociclimo en el deporte en el que los españoles se muestran más dominadores en los últimos años.
Fórmula 1, tenis, baloncesto, ciclismo, motociclismo... faltaba la gesta en el deporte rey, en el fútbol. Algo que llegó de la mano de Luis Aragonés en 2008 cuando España logró ganar la Eurocopa en Viena merced al tanto de Fernando Torres. Ahí estaba un Fernando Alonso que gritó el gol del delantero de Fuenlabrada como un hincha más. Posteriormente llegarían el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012 merced a esa irrepetible generación con Iker Casillas, Andrés Iniesta, David Villa, Xavi Hernández, David Silva o Fernando Torres, entre otros.
Desaforunadamente, la Eurocopa de 2012, exceptuando en el motociclismo, pareció poner el broche de Oro a una década histórica del deporte español que tiene a Fernando Alonso como el deportista que lo empezó todo.
Ahora los aficionados españoles tienen que rendirse ante dos evidencias: que es poco probable que tengan otra vez a una generación tan maravillosa de deportistas y que es elmomento de las mujeres, pues Carolina Marín, Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Lydia Valentín o Garbiñe Muguruza vienen pisando fuerte y ya han demostrado en varias ocasiones que están a la altura de los mejores de la historia en el deporte español.