El caso del Pissarro expoliado por los nazis
Continúa el litigio entre los herederos de la familia Cassirer y la Fundación Thyssen. Es la tercera vez que la demanda va a juicio desde que en 2002 reclamaran su propiedad
Madrid
Ha comenzado en California el juicio por la demanda que han presentado los herederos de la familia Cassirer contra la Fundación Thyssen-Bornemisza por la propiedad del cuadro Rue Saint-Honore, après midi, effet de pluie que Camille Pissarro pintó en 1897. La historia se remonta al año 2002 cuando, por primera vez, el nieto de Lilly Cassirer reclamara la propiedad de la obra, una reclamación que en su día la Fundación ya rechazó.
Fue en 1939 cuando Lilly Cassirer utilizó el cuadro como moneda de cambio para evitar los campos de exterminio. Vendido muy por debajo de su valor a un marchante de arte nazi, fue en los años 50 cuando Lilly, que logró huir a Estados Unidos, intentó recuperar la obra. Después de pasar por las manos de varios coleccionistas, en 1958 Lilly logró llegar a un acuerdo con el Gobierno alemán que la compensó con 120 mil marcos.
Fue en 1976 cuando el Barón Thyssen-Bornemisza compró el cuadro a una galería de Nueva York, la Stephen Hahn Gallery. Desde ese momento fue expuesto tanto en la colección permanente como en varias exposiciones temporales. En 1993 fue adquirido por la Fundación como parte de la colección Thyssen-Bornemisza en una operación publicitada, argumento que utilizan para defender la transparencia y la buena fe tanto del Barón como de la propia Fundación que confía, explica en una nota, que el Juzgado de Distrito en el que está ahora el caso rechace el argumento que utilizan los demandantes de que la Fundación adquirió el cuadro sabiendo que había sido expoliado por los nazis durante la II Guerra Mundial. De hecho, la Fundación sostiene que nunca supo que el cuadro fuera objeto del expolio hasta que los herederos lo comunicaran en el año 2001.
El proceso judicial, en el que participan desde el año 2015 la Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España, ha llegado hasta el Supremo de Estados Unidos a donde acudió la Fundación con el apoyo de la Abogacía del Estado, aunque finalmente el tribunal decidió inhibirse del caso. Será ahora el juez de la corte federal de California quien decida si el Barón conocía o no la procedencia del cuadro cuando lo adquirió. Si así lo considera el juez la obra tendrá que ser devuelta a la familia Cassirer.