Marjaliza implica a Granados en la 'Operación Kitchen'
Sostiene en su declaración como imputado en la Púnica que el exsecretario general del PP le pidió contactar con el chófer de Bárcenas a instancias del excomisario Villarejo, "para intervenir documentación" que la esposa del extesorero "estaba llevándole a la cárcel de Soto". Granados niega las afirmaciones del conseguidor de la Púnica
Madrid
El considerado como ‘conseguidor’ y colíder de la Operación Púnica, David Marjaliza, ha implicado este lunes en su declaración como imputado al exconsejero y antiguo secretario general del PP en Madrid, Francisco Granados, en la Operación Kitchen; el supuesto operativo desarrollado por Interior entre 2013 y 2015 para destruir pruebas que perjudicasen al Partido Popular en el caso de su caja b.
Marjaliza ha aseverado que a petición del excomisario Villarejo, Francisco Granados le solicitó el contacto del chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, para “intervenir documentación que Rosalía [la esposa del extesorero] estaba llevándole a Soto” [la cárcel donde ingresó el 27 de junio de 2013 en prisión provisional].
El ‘conseguidor’ ha manifestado que Granados le hizo esa solicitud porque sabía que su conductor y el de Bárcenas eran amigos.
Marjaliza también ha declarado que vendió un piso en Valdemoro al chófer de Bárcenas con un descuento de 3.000 euros. No ha recordado si fue durante esta operación o con anterioridad. Como en casi todo el interrogatorio, ha sido impreciso a la hora de recordar las fechas.
El comisario Villarejo también ayudó a Francisco Granados y a David Marjaliza cuando las autoridades suizas empezaron a investigar sus cuentas en ese país, según el imputado. Ha dicho que Granados contactó con el excomisario y que después de “un par de reuniones” y de “recabar información del Sepblac” [el Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales], éste les recomendó a “Ernesto Díaz Bastién” como abogado con el objetivo de “paralizar la investigación”. La iniciativa, de producirse, no tuvo excesivo éxito porque las autoridades judiciales suizas avisaron a las españolas en lo que fue el inicio de lo que más tarde se conoció como Operación Púnica.