El Real Madrid se clasificó para la final del Mundial de Clubes tras ganar por 1-3 al Kashima Antlers japonés en las semifinales merced al «hat-trick» de Gareth Bale. Durante el partido, el entrenador madridista, Santiago Hernán Solari, trató de motivar a sus jugadores con algunos gestos, poco habituales aunque no por ello menos válidos, desde la banda.