Irene Escolar y Bárbara Lennie, dos hermanas con un cuchillo entre los dientes
Ambas protagonizan 'Hermanas (Bárbara e Irene)' del dramaturgo francés Pascal Rambert, una obra de amor y desamor radical que llega al Pavón Teatro Kamikaze de Madrid el próximo 10 de enero
Madrid
Se llaman Bárbara e Irene. Son hermanas. Se quieren como solo pueden quererse dos hermanas. Y se odian como solo pueden odiarse dos hermanas. Se odian a muerte, se odian como si no tuvieran otra opción. Dos hermanas que se han convertido en torres, en muros, en enemigas, en mujeres llenas de llagas y de heridas, en mujeres que usan las palabras como amenazas, como cuchillos, como maletas que contienen bombas. ¿Pueden unas hermanas desearse mutuamente la muerte? "Sí, somos ese tipo de hermanas", contesta una de ellas.
Irene es Irene Escolar. Bárbara es Bárbara Lennie. Son las protagonistas de 'Hermanas (Bárbara e Irene)', la nueva obra del dramaturgo y director francés Pascal Rambert, estrenada a mediados de diciembre en el Teatro Central de Sevilla y que llegará al Pavón Teatro Kamikaze de Madrid el próximo 10 de enero. Una obra de desamor radical, un combate entre dos mujeres que tienen distintas visiones del mundo, un enfrentamiento a muerte que nace de la infancia y que ha convertido la palabra hermana en algo, escribe Rambert, que "rasga los labios, los corta". El francés, autor de obras como 'La clausura del amor' o 'Ensayo', escribió este texto para ambas actrices, sin comas, sin puntos, como un torrente de palabras y pensamientos que ordenan las actrices.
'Hermanas' comienza con la llegada de Irene al lugar en el que Bárbara va a impartir una conferencia. Irene, escribe Rambert, "se planta con su lengua viperina, con la maleta como una bomba, en el universo profesional de su hermana". Irene quiere justicia, quiere venganza, quiere un ajuste de cuentas. Aún no sabemos cómo han llegado hasta aquí estas dos mujeres.
Bárbara Lennie: "El porqué de todo esto no tiene una respuesta fácil, como casi todo en la vida. En este caso no hay nada en particular, pero está todo, hay algo misterioso en el porqué de ellas y lo vas armando en tu cabeza. Creo que los vínculos en general son complicados entre seres humanos y entre hermanos puede llegar a cotas muy altas".
Irene Escolar: "El texto en sí es muy bello, pero no es realista. Es como si extrapolaran en ese encuentro todas sus heridas, cómo han ido sorteando este vendaval de recuerdos, de dolor, de vida, como si todo quedara en esa herida que no acaba de cerrarse nunca y hay un momento en que ya no puedes más y haces esto".
Los padres de estas dos hermanas son cultos, él es arqueólogo y la madre, escritora. Irene también escribe artículos en revistas. Bárbara podría ser una trabajadora social, "trata con pobres". Han viajado, han recorrido mundo y desde crías les han inculcado el amor a las palabras. Pero ambas las usan como artillería para destrozarse: "Si destruyo tu lengua, te destruyo a ti; si destruyo tu lenguaje destruyo tu mundo", le escupe Irene a Bárbara en un momento de la obra.
Irene: "Este combate verbal va a más allá de una discusión, hay mucha violencia en el texto pero va más allá, hay algo profundamente filosófico en cuanto a los vínculos, y eso es muy desgarrador, también para el espectador".
Bárbara: "Es muy francés esto de la intelectualidad, cómo tiene grandes ventajas pero a veces es de una contención una torpeza emocional muy marcadas, y estas dos hermanas son un claro ejemplo. Han tenido los privilegios que han tenido las hijas de gente exitosa e inteligente y las desventajas de eso. Con Pascal no hablamos de la psicología de los personajes, no le interesa, pero creo que está en el texto y en cuanto escarbas lo completas tú".
Sobre el escenario, Bárbara le dice a Irene: "Me sigues como un asesino sigue a su víctima. Yo salgo primera, tú me sigues 3 años después con un cuchillo entre los dientes. Vienes a hacerme pagar haber sido la más querida, es eso?" Rambert parece querer explicar cómo aquello que nos une también nos separa, nos configura, nos diferencia y nos marca.
Bárbara: "Es la gran pregunta que nos podríamos hacer todos, cómo se vertebra nuestra identidad, de dónde viene que con 35 años te despiertes un día y no sepas qué hacer con tu vida o tienes un enfado atómico que no sabes hacia dónde dirigirlo o de dónde viene, y esa es la gran búsqueda en la que nos encontramos muchos de nosotros".
Irene: "Son mujeres heridas, no sé si lisiadas, a Pascal le interesan las personas que están heridas, que son imperfectas (...) Rambert dice una cosa muy potente, muy bonita: el mundo está entre vosotras dos".
Bárbara: "Ambas son radicales en su forma de defender su manera de entender el mundo, son dos visiones diferentes de cómo vivir la vida y cómo estructurar la vida a través del lenguaje y cómo defender el lenguaje, y esto es muy importante en las obras de Pascal. No es una discusión entre dos hermanas, esto es otra cosa”.
Además de comer y dormir bien, de estar sanas, ¿cómo os preparáis para salir al escenario a machacaros?
Irene: "Sé que vamos a hacer una maratón, pero me muero de ganas. Es felicidad máxima trabajar con Bárbara. Antes de la función meditamos juntas, nos hacemos como una capa de protección y concentración muy fuerte, que en toda mi experiencia teatral no he vivido nunca".
Bárbara: "(Risas) Me río porque desde fuera suena como ay, por favor... Realmente es una experiencia un poco mística y me da igual como suene, es así. ¿Te parece que somos unas exageradas? Bueno, pues vente al teatro a ver qué te pasa, ponte ahí arriba. Hay algo que tiene que ver con un momento casi extraterrestre".
¿Y en qué condiciones llegáis al camerino cuando se termina la función?
Bárbara: "(Risas) Es un cuadro, estamos destruidas..."
Irene: "Es como si te cogieran el corazón y te lo aplastaran, es como una presión en el pecho muy fuerte. La función es muy gustosa de hacer, es adrenalina a muerte, pero hay que meterse a fondo".
Bárbara: "Te metes en un proceso que es una batidora, te dejas mucho, ganas mucho, eres como una especie de canalizador, de médium. Y, por otro lado, la función es profundamente física, estamos las dos como dos guepardos y estamos obsesionadas con la voz, con los resfriados..."