El Gobierno minimiza el varapalo de Podemos y trabajará en una ley de vivienda
Montero destaca la "magnífica relación" con los socios a pesar del malestar en Fomendo con los morados por tumbar el decreto
"Las derechas pactan y tragan con carros y carretas y en la izquierda no pasa ni el pelo de una gamba", lamentan
Madrid
El Gobierno ya ha comprobado que la geometría variable tiene sus límites y que hay posiciones de sus socios que son absolutamente incompatibles. Esa evidencia tras la votación del Real Decreto de Vivenda es la que le ha llevado a desistir y a decidir que no sacará medidas en esta materia con carácter de urgencia. Va a trabajar en una Ley Estatal de la Vivienda, "de marcado carácter social", según ha subrayado la Moncloa tras el varapalo parlamentario de este martes.
La actitud de Podemos, socio preferente del PSOE que ha impedido la convolidación de las medidas de vivienda que estaban en vigor, ha sentado muy mal en el Ejecutivo, especialmente, en el Ministerio de Fomento. En el equipo de José Luis Ábalos aseguran que los morados les han estado "dando largas" y que no quisieron sentarse con el Ministerio hasta el viernes pasado. Según esta versión, les han ofrecido distintas alternativas en esas conversaciones (un decreto complementario, aprobación vía Presupuestos Generales o tramitación futura de la ley) pero no ha sido posible acercar posiciones. Han comprado, ya sin remedio en este caso, la dificultad de conciliar los intereses de todos: lo que sumar por el lado de unos socios, resta por el lado de otro, explican en Fomento.
En este departamento reconocen su "frustración" por que los ciudadanos "no puedan seguir beneficiandose de medidas sobre las que si que hay acuerdo solo porque Podemos considera que el decreto no estar recogidas todas sus exigencias". "Hay que buscar mayorías", explican. El enfado es mayor cuando analizan el contexto: "Mientras que en Andalucía las derechas pactan y tragan con carros y carretas, la iziquierda no deja pasar ni el pelo de una gamba", ilustran esas fuetnes.
A pesar de este evidente malestar, en el Gobierno no quieren echar por tierra el camino recorrido con Podemos. Es más, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha desvinculado este episodio de la tramitación de las cuentas, ha garantizado que el acuerdo sigue adelante, que no teme por él y que hay una "magnífica relación" con sus socios de Podemos.
Ha templado gaitas Montero y también la Moncloa, que ha restado gravedad al resultado de la votación, a pesar de que sólo se han tumbado en democracia con anterioridad tres reales decretos aprobados por los Gobierno de Mariano Rajoy, Rodríguez Zapatero y Adolfo Súarez.
Para el equipo del presidente, lo importante son los aprobados. En total, según el recuento del Gobierno, de los 25 aprobados por el Consejo de Ministros durante 2018, el Congreso de los Diputados ha convalidado 24, lo que supone un 96 por ciento de la actividad política del Gobierno a través de este instrumento normativo. Y tres de cada cuatro han recibido menos de cinco votos en contra.
"El Gobierno está satisfecho con este balance porque le ha permitido desarrollar parte de su agenda del cambio, la más urgente", explican en la Moncloa, que subrayan que el resto de grupos de la Cámara comparten también esta premura dado que "el 80 por ciento de estos reales decretos serán tramitados por procedimiento de urgencia también como proyectos de ley". La conclusión a la que llegan los de Sánchez es que "el Gobierno ha demostrado su capacidad para generar zonas de consenso en beneficio de la ciudadanía".