El exconseller de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, declara desde hace casi una hora negando la principal acusación que pesa sobre él: que diese órdenes a los Mossos dEsquadra que comandaba para ser permisivos con la celebración del referéndum a pesar de la negativa del Tribunal Constitucional. «Había que separar la actitud política de lo que era las obligaciones como policia judicial» del cuerpo, añadiendo que «no se ejerce ninguna acción desde mi departamento en favor del referéndum». Forn lleva en prisión sin fianza desde el 2 de noviembre de 2017 y la Fiscalía pide para él dieciséis años de cárcel e inhabilitación, acusándole de facilitar que el 1-O se celebrase «ante la inacción y pasividad de los Mossos» que él comandaba, El exconseller ha negado haber cometido ningún delito aunque, a preguntas del fiscal Fidel Cadena, ha reconocido que tanto él como el resto del Govern siguieron adelante con la preparación del referéndum a pesar de haber sido requeridos personalmente por el Tribunal Constitucional para no hacerlo. «Todos habían recibido el mismo requerimiento, somos conscientes y adquirimos el compromiso político», añadiendo que «hay una base legal para organizar este referéndum, no es ningún tipo de delito». Sobre los disturbios del 20 y 21 de septiembre en la Consellería de Economía, Forn ha definido los relatos de la acusación son «un poco peliculeros, era un muro de un metro y medio» dice, refiriéndose al hecho de que la comitiva judicial no pudiese abandonar la Consellería durante los registros de la operación Anubis. La secretaria judicial en cuestión, del juzgado 13 de Barcelona, comparecerá en este juicio como testigo. «Yo no dirigí el operativo, nunca dirijo los operativos», ha zanjado.