Chicherova regresa al atletismo con 36 años y tras una larga sanción por dopaje para limpiar su nombre
La atleta rusa, una de las grandes rivales de Ruth Beitia en salto de altura, quiere reivindicarse y limpiar su nombre tras dos años en la sombra
La rusa Anna Chicherova, considerada una de las mejoras saltadoras de altura de la historia, ha decidido volver a las pistas de atletismo a los 36 años para limpiar su buen nombre tras dos años de calvario por su suspensión por dopaje.
"Es muy probable que si no me hubieran sancionado no habría vuelto. Me lo han dicho muchas veces. Parece que necesito superar obstáculos en el camino", aseguró Chicherova a Efe en la pista de atletismo del CSKA Moscú.
Chicherova, campeona olímpica en Londres, reconoce que atravesó un período "muy difícil" cuando fue privada en 2016 del bronce logrado en los Juegos de Pekín por consumo del esteroide anabolizante "Turinabol".
"Me pusieron de vuelta y media. Lo pasé muy mal. Pero a veces pienso que mejor que haya ocurrido. Lo terrible sería no levantarse", afirma emocionada.
Pero la saltadora ya no quiere mirar atrás, sino adelante, y espera que en abril la IAAF le permita competir a nivel internacional con la vista puesta en los Mundiales de Doha y, quien sabe, si en los Juegos Olímpicos de Tokio el próximo año.
"Si todo va bien, en abril ya podré competir en el extranjero. Mi motivación en verano será aún mayor. Pero algo que está fuera de mi control", comenta.
También había dudas de que pudiera volver a la élite tras el nacimiento en 2010 de su hija, Nika, pero al año siguiente saltó 2,07, su mejor marca personal, y en 2012 se colgó el oro olímpico.
Su segundo regreso no ha podido ser más brillante, ya que en unas pocas semanas ha saltado varias veces ya por encima de los dos metros y en los campeonatos nacionales disputados la pasada semana saltó 2,02 metros, la misma marca que la casi imbatible María Lasitskene, actual campeona mundial.
"No pensaba que competiría tan bien. Hasta hace poco era un mar de dudas. ¿Cuál será el resultado?¿Cómo controlaré las emociones? Pero en mi primera competición salté 2,01 metros, tres veces por encima de los dos metros y en el Invierno Ruso estuve a punto de saltar 2,06", apuntó.
Con todo, fiel a un historial repleto de medallas desde que se colgara el oro en los Europeos en pista cubierta de Madrid (2005), no se conforma.
"Sí, 2,02 está muy bien, pero quiero más. Soy ambiciosa. Bueno, todos los deportistas lo son. Es algo extraordinario lo que estoy haciendo. Soy consciente de ello. Espero que todo siga igual de bien que hasta ahora", señala.
Una de sus inspiraciones ha sido la española Ruth Beitia, contra la que compitió en innumerables ocasiones y que se proclamó campeona olímpica en Río de Janeiro con 37 años.
"Ruth es un referente. Me alegro de que su carrera fuera tan larga. Tengo muy presente que ella saltó hasta los 38 años, así que veremos cuántos años puedo saltar aún", apunta.
No sólo admira su longevidad de la española y el hecho de que según avanzaba su carrera mejoraban sus resultados, sino también su profesionalidad.
"Cuántos años saltó y cómo hacía su trabajo. No importa que saltara 1,97 o 2 metros. Los otros no saltaron tanto como ella. Se presentó la oportunidad, la aprovechó y ganó el oro", explicó sobre unos Juegos en los que estuvieron ausentes las rusas.
Chícherova no tiene más que palabras de afecto para su antigua contrincante, que se colgó recientemente el bronce de Londres por la descalificación de Svetlana Shkolina. "Le deseo todo lo mejor en su nueva vida. Dale mis saludos", dijo.
Las otra inspiraciones son sus rivales, como Lasitskene, la gran favorita a la victoria en los Europeos de pista cubierta de Glasgow, y otros deportistas como su también compatriota Serguéi Shubenkov, campeón mundial y europeo de 110 metros vallas.
"Cuando los veo saltar y correr, me emociono como un aficionado. Además, la motivación también la encuentro en mí misma. Me gusta entrenar. Si estuviera vacía por dentro, no podría seguir. Mientras tenga ese hambre, seguiré trabajando. Tengo una fuerza interior que me empuja a hacer grandes cosas", apuntó