Un año sin Quini
El fútbol nos regala un Clásico para homenajear a El Brujo en el primer aniversario de su muerte
Madrid
Ha pasado un año y lo único que no podemos hacer es hablar con él. El resto sigue intacto. Digo esto porque ni una mañana de las últimas 365 nos hemos levantado sin pensar en Quini. Ni una. Su legado es eterno y nos hace mejores.
La muerte de El Brujo es un recuerdo de radio que se clava en el alma. Esa conexión de David González en Carrusel Deportivo confirmando la peor noticia posible para el fútbol asturiano aún retumba en mi cabeza. Hicimos El Larguero desde el estadio que hoy lleva su nombre porque el mejor goleador español de la historia no se merecía menos. El Molinón vivió aquella noche la última carrera de Quini por la banda del templo, a hombros de la mejor generación de futbolistas rojiblancos.
El fútbol es tan caprichoso que nos regala el mejor partido del mundo justo hoy, cuando se cumple un año de su adiós. Messi, Benzema, Luis Suárez y compañía tienen la oportunidad de convertir El Clásico en la fiesta del gol, el mejor homenaje posible a Don Enrique Castro Quini.
Cerramos los ojos y ahí está él. Su volea ante el Rayo, los goles con el Barça en la final de Copa del Calderón, los 7 trofeos Pichichi uno al lado del otro.
Decía con pena que el futbolista actual vive al margen del aficionado. Él fue Quini todos los días de su vida, del primero al último, con una cercanía entrañable que convertía en hombre de carne y hueso a un goleador mitológico .
Dice Jorge David, el primer canterano que pasó de Mareo al primer equipo, que el Sporting ya no existe. Nos toca recuperarlo, se lo debemos a Quini. A sus goles y a sus gestos, a sus bromas y a sus sueños. Porque su Sporting nunca morirá si seguimos pensando en él cada día.