El Atlético de Madrid también se pone dificilísima LaLiga

Seguro que a muchos les sorprendió ver a un Atlético de Madrid tan desalmado en la primera parte. Después de caer en la Champions de la dura forma en que se cayó se esperaba un golpe sobre la mesa del equipo que anunciase que quería pelear por LaLiga. Lo cierto es que ninguno de los dos equipos salió con las ganas que se esperaban en un partido como este. La mejor prueba es que se llegó a la treintena del partido sin ningún disparo a puerta. 

En el 34' fue el primero, y se habría convertido en gol de Ibai de no ser por un paradón mayúsculo de Oblak, que repelió el balón con tanta fuerza que durante algunos minutos muchos pensamos que el balón había dado al larguero.

Si Oblak salvó a los suyos, al borde del descanso Yeray lo hizo para los locales, con un corte providencial sobre Griezmann, que en el 44', en una de sus primeras apariciones, pisó área y amenazó con el disparo en posición muy favorable. Yeray barrió el balón, pero también al francés, circunstancia que no advirtió el colegiado Jaime Latre. Tampoco recibió ayuda del VAR, aunque para Iturralde González fue "penalti claro".

El Atlético salió del vestuario más voluntarioso -menos era difícil-, pero los tres de arriba, un descolocado Morata, un anestesiado Costa y un impreciso Griezmann no fueron capaces de crear peligro. Apunto estuvieron, no obstante, en un contraataque dirigido por el francés de hacer una peligrosa triangulación, pero Unai Núñez robó cuando Morata se preparaba para disparar el pase de Costa.

En el 72' se produjo la circunstancia que dinamitó el partido, una pérdida que bien vale tres puntos de Giménez a manos de Raúl García en zona más que comprometida. No la desaprovechó el Athletic: balón a Íñigo Córdoba, que la pone con un toque excelente al segundo palo para Williams, que la empuja a placer.

El Atlético sacó valor para intentar sacar el partido adelante, pero el Athletic penalizó a las contras. Williams la tuvo para sentenciar en el 84' con un disparo que se marchó rozando el larguero. Sería en la siguiente jugada cuando lo harían los leones en los pies de Kodro que, tras recibir de Ibai a la espalda de la defensa, remató desde dentro del área con la fortuna de que el balón tocó en Giménez y entró directo en la portería. 

Buena metáfora del partido fue el remate a las nubes de Morata en el 89' bajo los palos de la portería en un remate que era más difícil que fallar. Preocupante partido del Atlético, que aumenta sus daños considerablemente tras la semana negra.