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Masters 1000 Miami

David Ferrer y la dignidad en el ocaso del guerrero

El tenista alicantino, que se despedirá del tenis profesional el próximo mes de mayo en Madrid, está obteniendo victorias de calidad en sus últimos últimos torneos, despidiéndose del circuito con un buen sabor de boca

David Ferrer en su partido ante Sam Querrey en Miami. / JASON SZENES EFE

David Ferrer estuvo a tan solo un punto de la gloria en Miami. Fue en 2013 y ante Andy Murray. El de Jávea tuvo una pelota de partido y tras un intercambio, decidió pedir el ojo de halcón. Si la bola se hubiese marchado, Ferrer se habría hecho el título en Cayo Vizcaíno. La realidad, eso sí, fue más cruel ya que la pelota entró por escasos centímetros y minutos después el que levantaba los brazos en señal de triunfo era el tenista escocés.

Ferrer se lamenta tras perder la bola de partido ante Murray. / Clive Brunskill

Seis años después de aquella derrota que escoció tanto, Ferrer visita la ciudad de Miami por última vez como jugador profesional. Mucho ha cambiado desde que Ferrer tuviese en 2013 ese punto de partido para coronarse en Florida. Ya no es que el alicantino esté fuera del top-10, sino que su nombre no aparece ni entre los 100 mejores del ránking (este lunes es el 155º de la clasificación mundial).

Ferrer disputó en el US Open de 2018 su último torneo de Grand Slam (se retiró por lesión ante Nadal en primera ronda) sabiendo que su nombre ya no volvería a figurar entre los top-100 y que el peaje físico de tener que disputar fases previas para entrar a los cuadros finales no le iba a merecer la pena.

Por tanto, Ferrer planificó su 2019 para despedirse del deporte de la raqueta en el mejor tono físico y tenístico posible. Terminó la temporada pasada pronto, en octubre y en el circuito Challenger, ganando el torneo de Monterrey. El calendario del año de su despedida estaba claro, teniendo imposible jugar los torneos más grandes por cuestiones de ránking, se centraría en jugar por última vez en aquellas plazas en las que dejó huella y de qué manera.

Ciudades como Auckland, Buenos Aires o Acapulco, que le vieron levantar el trofeo en múltiples ocasiones, tuvieron la oportunidad de disfrutar por última vez del tenista de Jávea, que ganó partidos en todos esos torneos antes de que el físico le impidiese competir con más garantías.

Ferrer durante su última aparición en el torneo de Acapulco. / Héctor Vivas

Con Barcelona y Madrid como paradas finales en la carrera de Ferrer, Miami se interpuso en su camino. En 2019, la ciudad del estado de Florida está de estreno ya que el Masters 1000 ya no se disputa en Crandon Park, como lo venía haciendo en las últimas décadas, sino en el Hard Rock Stadium, un espectacular complejo que quiere que se vuelva a conocer este evento como 'el quinto Grand Slam', etiqueta que tenía antaño. Y Miami quiso homenajear al alicantino ofreciéndole una invitación para disputar el torneo por última vez.

El cuadro le deparó un enfrentamiento con el cañonero Sam Querrey, al que empequeñeció al servicio (el estadounidense solo ganó 3 de 23 puntos jugados con su segundo saque), demostrando que aunque Ferrer ya no es el que era, sigue siendo un auténtico guerrero, un jugador al que hay que desbordar para doblegar, uno de aquellos que no discuten el esfuerzo.

La sonrisa de Ferrer tras vencer a Querrey es la de aquel que está en paz consigo mismo. 730 triunfos y 374 derrotas en el circuito dan para mucho: alegrías que nunca se olvidarán, espinas que se quedaron clavadas en el costado, pero también la seguridad de quien está satisfecho con la dignidad en el ocaso de su carrera. El sábado, Zverev (tercer mejor jugador del mundo) pondrá a prueba al veterano guerrero y Ferrer podría tener una despedida en Miami a la altura de su legendaria carrera. 

José Izquierdo

José Izquierdo

Community Manager especializado en comedia, cultura y entretenimiento. Llevo las RRSS de 'Hora Veintipico'...

 
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