Sergio Ramos emerge entre la pólvora mojada de la Selección

El inicio del partido fue un homenaje a algunas de las características bandera de la mejor selección española de la historia. Toque, llegada por fuera y presión altísima para robar rápido. Así se asfixió a los noruegos y llegaron las primeras ocasiones del partido. Morata remató a las manos del portero por primera vez en el 4’ un buen centro de Asensio.

Sería once minutos después cuando Jordi Alba ganara línea de fondo en uno de sus espléndidos despliegues y pusiera un balón de oro para Rodrigo, que demasiado libre de marca, la embocó a placer.

No cedieron los nuestros con Dani Parejo dirigiendo con maestría un juego fresco y ofensivo que ilusionó a Mestalla. Hasta el 30’ lo único destacable de Noruega fueron un par de detalles técnicos de Odegaard que a buen seguro gustó a muchos que están pendientes de él. Rodrigo Moreno volvió a incordiar a la defensa con un espuelazo que despejó bien el guardameta Jarstein. No obstante en el 31’ ElYounoussi tuvo una excelente ocasión para empatar, pero no fue capaz de rematar con De Gea absolutamente batido, en el que fue el único descuido defensivo de los de Luis Enrique.

Reaccionó España inmediatamente con un carrusel de ocasiones, pero también de mala puntería. Jarstein privó del gol un gran remate de Morata, que fue precisamente quien la mandó fuera un minuto más tarde. También Busquets en el 36’ falló un claro remate, tres minutos antes de que anularan bien un gol a Jordi Alba por fuera de juego. No cesó aquí, sino que en el 41’ Jarstein tuvo que despejar un peligroso remate de Asensio y para cerrar la primera parte Ceballos remató muy flojo desde dentro del área cuando media Mestalla ya cantaba el gol. Increíble que el luminoso marcase un 1-0 con el baño visto, pero cierto.

Y la segunda siguió igual porque en el 60’ Morata ya había fallado un mano a mano y Sergio Ramos había rematado fuera prácticamente desde debajo de la portería.

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Pasó entonces lo que parecía imposible. Noruega empató en el 63’. Lo hizo merced a un regalo en forma de penalti de Iñigo Martínez, que derribó de un agarrón a Johnsen a la salida de un córner. No falló King con un lanzamiento preciso.

Tan solo tres minutos después la tuvo Morata absolutamente libre de marca desde la frontal del área pequeña, pero su cabezazo se volvió a marchar fuera tras un perfecto centro medido de Dani Ceballos.

Más acertado estaría en el 69’, cuando llegó antes que Jarstein a un balón dentro del área y fue derribado de forma torpe por el portero. Ramos puso la puntería con otro ‘Panenka’. Capítulo a parte merece lo de este jugador, el que ya es con mucho el mayor artista de esta suerte que goles y goles después todavía no le aciertan a parar los porteros.

Asensio encarnó en el 89' lo que fue la Selección durante todo el partido tras recibir un pase del debutante Mata que le dejó solo ante el portero. Intentó una vaselina que mandó arriba del larguero para decepción de una expectante Mestalla, que eso sí, vio sumar a los suyos los tres primeros puntos de una clasificación a la Eurocopa de 2020 que se afronta con ilusiones renovadas.