Mueller termina la investigación sobre la trama rusa

Madrid

La investigación de Robert Mueller sobre la trama rusa, esa gran losa que arrastra la administración de Donald Trump desde el principio, ha llegado a su fin. A las cinco de la tarde del viernes y tras casi dos años de pesquisas, Mueller entregaba las conclusiones al fiscal general, William Barr.

Ahora es el fiscal el que tiene que decidir qué hacer con la investigación. Puede ser que se la dé completa al Congreso, que es lo que piden unánimemente los congresistas. O puede ser que haga un resumen del informe, clasificando información por motivos de seguridad nacional, y que no se publique íntegramente.

El objetivo de la investigación es esclarecer si el equipo de campaña de Trump colaboró de alguna manera con el gobierno ruso para interferir en las elecciones presidenciales de 2016 y si el presidente ha cometido obstrucción a la justicia, con el despido de James Comey, el exdirector del FBI, y con los ataques constantes a la investigación, desacreditándola y diciendo que es la “mayor caza de brujas” de la historia política de este país.

A raíz de esta investigación, seis personas del entorno de Trump (entre ellas su exjefe de campaña y su ex abogado personal), se han declarado culpables por fraude y otros delitos pero ninguno relacionado con la supuesta colusión con Rusia. Hay además una treintena de imputados, entre ellos ciudadanos rusos por interferir en las elecciones pero, de momento, no se ha probado que ninguno haya conspirado con los colaboradores del entonces candidato republicano.

El equipo de Mueller ha revelado que no va a haber nuevas acusaciones, algo que la Casa Blanca ha aplaudido.

¿Qué pasará tras la investigación de Mueller?

Washington está en vilo porque el futuro político de este país va a depender de lo que revele la investigación. A la espera de que se conozcan los detalles sobre el contenido se barajan tres escenarios:

El primero, que el informe revele delitos federales cometidos por el presidente. En ese caso el fiscal general debe decidir si procesa a Trump o si sigue la línea que defiende del Departamento de Justicia, que dice que solo el Congreso puede procesar a un presidente mientras ocupa su cargo, mediante un juicio político.

Otra opción es que Mueller no haya encontrado evidencias de que Trump haya cometido los delitos que investiga.

Y un tercer escenario es que el informe revele delitos o faltas pero que no sean lo suficientemente graves como para iniciar un impeachment. Esto haría que la Cámara de Representantes inicie nuevas investigaciones o que lo hagan las fiscalías estatales, como ya ocurre con la de Nueva York, que tiene varias investigaciones abiertas.

Pase lo que pase, las conclusiones que revele el informe Mueller va a suponer una auténtica prueba para las instituciones estadounidenses, está en juego está la credibilidad de la justicia y del sistema de poderes de este país.

A la espera de que se conozcan las conclusiones, lo que está claro es que con el fin de la investigación de Mueller se abre otra etapa en esta administración que puede ir desde la absolución del presidente hasta su impeachment.