Tiger Woods se enfunda la chaqueta verde tras once años de sequía
El golfista americano vuelve a tocar el cielo tras los escándalos que se desataron después de un accidente de tráfico en 2009
Con 15 grandes, Woods se coloca a tres del golfista con más 'Majors' de la historia (Jack Nicklaus, 18)
Tiger Woods ha vuelto a sonreír a lo grande tras ganar su quinto Masters de Augusta, el primero que logra desde 2005, y el 15º gran torneo de su carrera, siendo también el primero desde el US Open de 2008.
El estadounidense cerró este domingo una jornada histórica, al firmar una cuarta tarjeta con 69 golpes (tres bajo par), para un total de 274 (-14), que le han permitido hacerse con el Masters de Augusta y, con ello, vestir la que es su quinta "chaque verde".
A sus 43 años, catorce años después de dominar en Augusta por cuarta vez, Tiger ha vuelto a deleitar a todos, a jugar como hizo en los años que era el número 1 mundial.
Lo hizo en una jornada que inició a dos golpes, del entonces líder, el italiano Francesco Molinari, en la que alternó seis 'birdies' y dos 'boggies', y deleitando al numeroso público presente el Augusta. No es de extrañar que tras embocar el último 'putt' alzase los brazos al cielo y lanzase un grito liberador.
Tras dominar el campo de Augusta en 1997, 2001, 2002 y 2005, se hizo con su quinta "chaqueta verde". Es, además, su decimoquinto grande, pues tiene en su haber tres Abiertos de los Estados Unidos (2000, 2002, 2008), tres Abiertos Británico (2000, 2005, 2006) y cuatro Campeonatos de la PGA (1999, 2000, 2006, 2007).
Escándalos tras su accidente en 2009
El 27 de noviembre de 2009 Tiger Woods estrellaba su vehículo contra su propia casa de Orlando. La que entonces era su esposa, la modelo sueca Elin Nordegren, tuvo que usar un palo de golf para romper el cristal del vehículo y sacar a su marido, que se encontraba inconsciente y en estado de embriaguez.
Ese incidente abrió un panorama terrible para el golfista el cual pasó de la noche a la mañana de todo un ídolo Mundial a ser el protagonista de varios programas de televisión de los que nunca quiso formar parte.
Hasta diez mujeres confesaron ser sus amantes antes de que el propio golfista reconociera su adicción al sexo, al juego y al alcohol. Todo esto terminó costándole el divorcio con Nordegren, la cual se terminaría embolsando 750 millones de dólares.
Todo esto propició también que Woods perdiera patrocinios tan importantes como los de marcas como Nike o Gatorade. Años más tarde recaería en sus problemas de adicción con el sexo y en 2017 fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol. Dos años después, y tras superar todo ello, Woods vuelve a lo más alto gracias a su gran Masters de Augusta.