Un minúsculo "robot cirujano" logra navegar de forma autónoma en el interior del cuerpo
Por primera vez sin la ayuda de un cirujano, un catéter robótico, diseñado por ingenieros de Estados Unidos y que utiliza un sensor dotado de Inteligencia Artificial, consigue navegar por el interior del corazón de un animal hasta poder llegar al lugar exacto donde una válvula cardíaca sufría una fuga de sangre.
Madrid
Un equipo de bioingenieros del Hospital Infantil de Boston ha conseguido, por primera vez en la historia, que un pequeño robot sea capaz de navegar, de forma autónoma, por el interior de un cuerpo.
Se trata de un minúsculo catéter, dotado de un sensor con un sistema de inteligencia artificial, que ha viajado por el interior del corazón de un animal con el objetivo de reparar una válvula que tenía fugas, según el informe que publica la revista “Science Robotics”.
Y todo ello sin la ayuda de ningún cirujano humano, como destaca el investigador principal de este proyecto pionero, Pierre Dupont, jefe del departamento de Pediatría Cardiaca de este centro sanitario de Estados Unidos. “Por primera vez, funciona como un coche autónomo, pero que circula dentro del cuerpo”, nos explica.
Aplicaciones
Según este grupo de bioingenieros, en los próximos años, los nanorobots autónomos podrán ya ayudar a los cirujanos en las operaciones quirúrgicas más complejas y largas, porque, a diferencia de los humanos, estas “máquinas inteligentes” no se cansan.
En concreto, este catéter robótico navegó usando un sensor óptico táctil desarrollado por el Hospital de Niños de Boston que utiliza un sistema de inteligencia artificial y algoritmos de procesamiento de imágenes para poder determinar dónde está el corazón y dónde debe ir para poder reparar la válvula dañada.
En el ensayo realizado en este centro sanitario, este minúsculo robot navegó con éxito hasta llegar al lugar del corazón donde se producían fugas de sangre en una de las válvulas cardíacas y, además, lo hizo casi tan rápido como el cirujano humano.
Funcionamiento pionero
Este catéter robótico utiliza una técnica de navegación llamada "seguimiento de la pared" y que está inspirada en el funcionamiento de las antenas de los insectos o los bigotes de los roedores, porque, gracias a ellos, estos animales pueden construir mapas mentales de ambientes oscuros y poco familiares.
De este modo, el catéter robótico avanzó por sí mismo desde la base del corazón y a lo largo de la pared del ventrículo hasta que alcanzó la ubicación exacta de la fuga.
"Los algoritmos matemáticos ayudan al catéter a determinar qué tipo de tejido está tocando, dónde está en el corazón y cómo debe elegir su próximo movimiento para llegar a donde queremos que vaya", concluye con satisfacción Pierre Dupont.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...