Las abejas pueden vincular símbolos con números

Madrid

Este equipo de investigadores ya sorprendió a la comunidad científica al demostrar que estos inteligentes insectos pueden entender el cero y hacer cálculos básicos. Pero es la primera vez que se demuestra que un insecto es capaz de relacionar símbolos con números. Hasta ahora, esta capacidad sólo se había detectado en primates y en algunas especies de aves.

Y, por supuesto, en los seres humanos, pero mientras nosotros tenemos 86.000 millones de neuronas en nuestro cerebro, las abejas no tienen, ni siquiera, un millón.

Este descubrimiento permitirá a los científicos comprender mejor cómo las habilidades numéricas han evolucionado durante miles de años y, además, abre nuevas posibilidades para que los seres humanos podamos algún día comunicarnos con otras especies.

Esta investigación ha sido realizada por la Universidad RMIT de Australia y sus resultados son sorprendentes, como asegura Adrian Dyer: “Lo damos por sentado una vez que aprendemos nuestros números cuando somos pequeños, pero ser capaz de reconocer lo que un 4 representa, en realidad, requiere un nivel sofisticado de capacidad cognitiva”.

Mini cerebro, máximo potencial

Este nuevo estudio demuestra, por primera vez, que esta capacidad cognitiva compleja no está restringida a los vertebrados.

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"Descubrir cómo las habilidades numéricas complejas pueden ser comprendidas por los cerebros en miniatura nos ayudará a comprender cómo evolucionó el pensamiento matemático en los humanos" explica Scarlett Howard, investigadora de la Universidad de Toulouse, en Francia, que también ha participado en esta investigación.

El experimento consistió en construir un laberinto y conseguir que las abejas aprendieran a hacer coincidir correctamente un símbolo con una serie de números.

"Esto sugiere que el procesamiento numérico y la comprensión de los símbolos ocurren en diferentes regiones en los cerebros de abejas, de manera similar a como ocurre el procesamiento separado en el cerebro humano", concluye Howard.

Además, estudiar cómo funciona el diminuto cerebro de los insectos también permitirá diseñar mejor sistemas de Inteligencia Artificial para las computadoras del futuro.