Pedro Sánchez asegura que la cumbre del G-20 es "clave" para avanzar en la "globalización justa"

Madrid

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado este viernes que la cumbre del G-20, que se está celebrando en la ciudad japonesa de Osaka, es "clave" para avanzar en la "globalización justa".

Sánchez ha subrayado que España tiene como principales objetivos a nivel global "hacer frente a la emergencia climática y apostar por la transición ecológica, el comercio y la innovación", según ha afirmado a través de su cuenta en la red social Twitter. Las declaraciones del dirigente en funciones han llegado después de que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, le diera la bienvenida y más tarde se hiciera la foto de familia con el resto de líderes que han asistido a la cumbre.

El socialista se ha reunido previamente con los líderes europeos, con quienes ha afirmado que comparte la "firme defensa del multilateralismo, el comercio internacional y la neutralidad climática en línea con el Acuerdo de París".

Cooperación en asuntos económicos 

Los encuentros del G-20 se ven como una oportunidad que se dan las grandes potencias para cooperar en asuntos económicos y para conversar sobre otros temas de interés global. Si las cosas van bien, esos días de diplomacia se cierran con una declaración conjunta que hasta pueden tener cierto peso.

En la práctica este G-20 de Osaka se ha convertido un "EEUU contra todos" porque ésa es la posición de salida que ha fijado Donald Trump, inspirado en aquellos manuales empresariales en los que recomendaba llevar al máximo la tensión, incluso con tus amigos y colaboradores, para a partir de ese punto marcar el ritmo de la negociación.

Lo ha hecho con el presidente chino Xi Jinping, al que antes de salir hacia Osaka le dedicó un “aumentaremos los aranceles si no hay acuerdo”. Ése será el arranque para el primer cara a cara entre los dos líderes en seis meses, una reunión que en el mejor de los casos terminará con otra prórroga, pero sin ningún acuerdo. Xi es quizá el rival actual que más le preocupa, pero Trump ha hecho algo similar con varios de sus supuestos aliados.

Al Primer Ministro japonés y anfitrión del encuentro, Shinzo Abe, le recordó que gracias al convenio de Defensa firmado entre los dos países tras la Segunda Guerra Mundial, si alguien atacara Japón, EEUU entraría en la Tercera, mientras que si fuera al contrario, “los japoneses verían la guerra en una televisión Sony”.

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A Angela Merkel le ha repetido que considera a Alemania como un socio fallido y moroso, algo que tiene su importancia ya que en este G-20 se hablará también de la otra guerra comercial de Trump, la que tiene con Europa. Tampoco aquí habrá acuerdo, pero sí tendremos que fijarnos en si Estados Unidos parece dispuesto a ceder algo en sus planes de imponer aranceles a la industria del motor europea, asunto clave para Berlín.

La lista de aludidos podría seguir ya con Narenda Modi, el primer ministro de la India, del que también ha criticado sus políticas comerciales, y quizá se alargue conforme se vaya desarrollando una gran reunión global cuyos resultados finales dependerán en buena parte de las pequeñas reuniones de Trump.

El que no está en esa lista, ni se le espera, es Vladimir Putin, con quien más allá de temas económicos hablará de la situación en Irán y en Venezuela, países ambos que tienen en Moscú a su mejor aliado. Ni para él ni para el príncipe saudí Mohammed Bin Salman, que acude a la cita señalado por un reciente informe de la ONU que apunta a su posible implicación en el asesinato del periodista Kashoggi, ha tenido Trump mensajes previos. Estrategias de negociación, claro.