Los genes del dragón de Komodo revelan el gran secreto sobre su evolución
A diferencia de otro tipo de lagartos, el dragón de Komodo puede adaptar su metabolismo a niveles cercanos al de los mamíferos
Madrid
El dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo. Con una longitud media de dos a tres metros, y un peso aproximado que oscila entre los 70 y los 100 kilos, este reptil sorprende a la comunidad científica tanto por su imponente constitución como por sus habilidades para cazar y tender emboscadas a sus diferentes presas.
Pero no solo por eso. El dragón de Komodo también destaca por su habilidad para aumentar su metabolismo a niveles cercanos al de los mamíferos. Una característica que les otorga una gran velocidad y una resistencia inusual en el caso de los lagartos. Por esa misma razón, este reptil se ha convertido durante años en objeto de estudio de un gran número de investigadores.
El genoma del dragón de Komodo
Entre los distintos artículos publicados en torno a este animal destaca uno, desarrollado recientemente por investigadores de los Institutos Gladstone (Estados Unidos), que proporciona la primera secuencia de alta resolución del dragón de Komodo. Una investigación publicada en la revista de divulgación científico Science, desarrollada durante los últimos nueve años, que ha permitido a los investigadores descubrir cómo ha evolucionado este animal a lo largo de la historia.
En primer lugar, y después de consultar las secuencias del genoma de la tortuga, la serpiente y los pájaros, los investigadores descubrieron que nunca antes se había desarrollado la correspondiente a los lagartos varánidos, la familia a la que pertenecen los dragones de Komodo. Por esa misma razón, los investigadores estudiaron el ADN de dos de estos dragones para descubrir todos sus secretos.
Los científicos revelan el gran secreto de los dragones de Komodo
Después de obtener una secuencia "de muy alta calidad" de estos animales, los investigadores buscaron diferencias entre la configuración genética del dragón de Komodo y el de sus familiares más cercanos. Todo ello a través de un análisis que demostró que muchos de los genes que participan en la forma en la que las células producen y utilizan la energía de los dragones de Komodo han cambiado rápidamente para adaptarse a su entorno. Todo ello a través de un proceso conocido como selección positiva.
Concretamente, los relacionados con las adaptaciones mitocondriales, que aumentan sus resultados cardiacos. La selección positiva ha dado forma a varios genes en la función de las mitocondrias, los orgánulos celulares implicados tanto en la respiración celular como con el control de las funciones musculares.
La selección positiva
Gracias a ello, los dragones de Komodo pueden realizar fuertes actividades aeróbicas, nadar e incluso correr o caminar largas distancias, tal y como explican los investigadores: "Nuestro análisis mostró que en los dragones de Komodo muchos de los genes involucrados en la forma en que las células producen y usan la energía han evolucionado rápidamente hacia formas que aumentan la capacidad aeróbica del lagarto".
De esta manera, los dragones de Komodo han logrado distinguirse del resto de reptiles y desarrollar un metabolismo similar a los mamíferos. Por lo tanto, y tal y como explica el director de investigación del zoológico de Atlanta, Joseph R. Mendelson, el secreto del metabolismo del dragón de Komodo reside en las adaptaciones mitocondriales, que aumentan los resultados cardiacos: "Esto nos permitió entender cómo estos animales eran capaces de hacer todo lo que lo habíamos observado".
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...