Un estudio afirma que los gatos saben distinguir su nombre
Es la primera evidencia experimental que muestra la capacidad de los gatos para comprender las expresiones verbales humanas, según los investigadores
Madrid
Todo el que tiene un gato y se esfuerza en llamarle para que venga —sin tener un plato de comida delante— se pregunta por qué el animal no le hace ningún caso, si será porque es incapaz de reconocer su nombre o si sencillamente pasan de hacer caso.
Para responder a esta pregunta, unos investigadores japoneses han realizado un estudio, publicado en Scientific Reports (Nature), para darnos la mala noticia que algunos sospechaban: los gatos reconocen su nombre pero… están bien donde están.
Los investigadores realizaron varias pruebas en las que estudiaron cómo reaccionaban los gatos al oír su nombre en su hogar y sin el dueño cerca. Grabaron el nombre del gato y un sonido parecido, tanto con voces de los dueños como voces extrañas, pusieron ambos audios a los felinos con un intervalo de 15 segundos y descubrieron que el gato reaccionaba ante el nombre verdadero, daba igual que lo dijera su dueño o una voz desconocida.
"De los resultados de los experimentos se puede concluir que al menos los gatos que viven en 'hogares comunes’ pueden distinguir sus propios nombres de otras palabras cualquiera y otros nombres de gato”, señalan los investigadores.
"Esta es la primera evidencia experimental que muestra la capacidad de los gatos para comprender las expresiones verbales humanas", aseguran.
Sin embargo, los investigadores hicieron las mismas pruebas con gatos que estaban en un ‘cat café’ y descubrieron que eran incapaces de distinguir sus propios nombres de los de otros gatos en la cafetería, aunque sí diferenciaban sus nombres de otros sustantivos.
Se demuestra científicamente lo que los dueños de gatos ya sospechaban: los gatos van a su bola. Todos los felinos, gatos incluidos, tiene su lado independiente y salvaje: “Si tu gato tuviera el tamaño de un león, te comería”, según un documental de Beverly y Dereck Joubert.
El estudio deja en el aire si en realidad los gatos pueden distinguir el nombre como un identificador para ellos o simplemente se trata de una palabra con un significado especial, sin saber exactamente cuál.