Alemania celebra este domingo unas elecciones con el riesgo de una victoria de la ultraderecha
El mapa político cambiará drásticamente tras unas elecciones en las que Alemania mira al este con preocupación
De cumplirse los pronósticos, sería la primera vez en la historia reciente de Alemania en la que un partido de ultraderecha gana unas elecciones regionales
Berlín
Alemania mira al Este con preocupación. Este domingo se celebran elecciones en Brandenburgo y Sajonia, dos regiones azotadas por la emigración y la falta de perspectivas laborales en un entorno en el que la actividad minera ha sido el principal pilar económico durante décadas. La decisión del Gobierno de Merkel de poner fin a las minas de carbón en 2038 ha dado alas a un sentimiento de abandono que la ultraderecha ha sabido explotar para captar votantes. Todas las encuestas sitúan a la cabeza al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD): En Brandenburgo como ganadores y como segunda fuerza política, por detrás de la CDU de Merkel, en Sajonia.
El mapa político cambiará drásticamente. De cumplirse los pronósticos, sería la primera vez en la historia reciente de Alemania en la que un partido de ultraderecha gana unas elecciones regionales.
Los comicios tienen además una importante lectura nacional. Mientras Brandenburgo es un bastión de los socialdemócratas del SPD, en Sajonia es de los cristiano Demócratas (CDU). Si ambos partidos - socios en la Gran Coalición que gobierna el país-, reciben un duro revés, las repercusiones podrían llegar a Berlín. Ambos partidos deben revisar su acuerdo de gobierno a finales de octubre y quizá concluyan que es mejor romperlo e iniciar un nuevo ciclo político como se reclama especialmente en las filas del SPD.
La ultraderecha ha realizado una sorprendente campaña. En lugar de centrarse en el tema de los refugiados, con el que tantos réditos obtuvo en las elecciones nacionales, ha aprovechado la decepción que sienten los habitantes de la antigua Alemania comunista respecto a los últimos 30 años de integración para erigirse en su defensora. Un resentimiento que han explotado sin pudor con eslóganes como '¡Nosotros somos el pueblo!', 'Terminar la transición - Revolución pacífica en las urnas' y 'Transición 2.0'. Berlín, dicen los ultras, no escucha al Este pero ellos sí. Y han prometido defender los puestos mineros "frente a la moda de poner por encima de todo el Medio Ambiente".
El mensaje ha calado de tal modo, que en la recta final de las elecciones el Gobierno de Merkel ha apostado por encender un cartucho de urgencia. En una decisión sin precedentes, ha aprobado inversiones por 40.000 millones de euros hasta el año 2038 para reducir el impacto del abandono del carbón. Más de la mitad se destinarían a mejorar las infraestructuras en las zonas mineras. Munición para que los líderes de la CDU y el SPD en Sajonia y Brandenburgo desmonten el mantra de la ultraderecha en sus últimos mítines.
El proyecto de ley prevé también la instalación de entidades estatales y la conversión de las regiones afectadas en campos de prueba para las energías limpias. "Mantenemos nuestra palabra y enviamos una clara señal de que el estado se ocupa de apoyar a las personas, que no están solas, y que al final, lo que se trata es que con la ayuda de otros sectores, haya más puestos de trabajo que los que existían originariamente", ha explicado el ministro de Economía, Peter Altmaeier, en unas esclarecedoras declaraciones.
Está por ver cómo reaccionaran los ciudadanos al caramelo de la Gran Coalición. En cualquier caso, que AfD sea el claro triunfador de estos comicios no significa que vaya a gobernar. Todos los partidos defienden sin fisuras que mantendrán el conocido como 'cordón sanitario' para impedir a los ultraderechistas llegar al poder. La fragmentación, sin embargo, va a ser tan grande que difícilmente podrán reeditar los pactos actuales, por lo que tendrán que negociar duramente dadas sus diferencias programáticas.