Ana Julia Quezada reconoce en el juicio que mató al niño Gabriel
El abogado Francisco Torres ha considerado "inaceptable" la tesis sostenida por la defensa de que fue una muerte "accidental" ya que Gabriel "estuvo cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada"
Ana Julia: "Le puse la mano derecha en la boca y en la nariz, no me acuerdo de más".
Almería
Ana Julia Quezada ha reconocido en su primera declaración que dio muerte al pequeño Gabriel Cruz, y manifestó que sólo responderá a las preguntas del ministerio fiscal y de su propio letrado. "Sí", dijo Quezada, cuando fue preguntada si mató al menor de 8 años.
Llorando al inicio de su interrogatorio, la acusada por delitos de asesinato y lesiones psíquicas, ha afirmado que "se ve inocente", ratificando su relato previo por el que sostiene que mató a Gabriel de forma accidental.
Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, ha afirmado hoy que vio al menor dirigirse a ella con un hacha en la mano y que le dijo que era "fea", que no quería que estuviera con su padre y que se fuese a su país. "Le dije, te vas a hacer daño, deja el hacha. Me dijo: Tú a mí no me mandas, que no eres mi madre, que tienes la nariz fea, que no quiero que estés con mi padre, que quiero que te vayas a tu país", ha manifestado Quezada en su declaración.
"Simplemente le tapé la boca, no quería hacerle daño al niño, quería que se callara", le puso la "mano derecha en la boca y en la nariz, no recuerdo en la nuca o dónde", afirmando que estaba "muy nerviosa".
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En otro momento de la declaración, en respuesta a la fiscal Elena Fernández, Quezada ha explicado que se había encontrado al niño entre unos matorrales, "a la derecha" de la salida de la vivienda de su abuela en Las Hortichuelas Bajas, en Níjar (Almería) y que le había dicho que lo llevaría con sus amigos en "10 o 20 minutos".
"Le dije, qué haces ahí. Me dijo que estaba haciendo tiempo para que comiesen los primos. Le pregunté si quería venirse conmigo a Rodalquilar aunque no pintemos, ventilamos la casa y te traigo en 10 o 20 minutos con tus amigos y se vino conmigo", ha afirmado.
Jurado: siete mujeres y dos hombres
La sesión, a la que la magistrada-presidenta del jurado, Alejandra Dodero, ha puesto fin poco antes de las 14,00 horas, ha permitido a las partes exponer sus informes, si bien será a partir de las declaraciones de los testigos y peritos cuando el jurado popular conformado por siete mujeres y dos hombres podrán instruirse antes de formular su veredicto.
A su salida del Palacio de Justicia, el abogado de los padres de Gabriel, Francisco Torres, ha señalado que será relevante en los próximos días el testimonio de los progenitores del pequeño, Patricia Ramírez y Ángel Cruz, quienes responderán a las preguntas de las partes a puerta cerrada después de que prosperara parcialmente la última de las peticiones realizadas.
Gabriel, agredido antes de su muerte
Asimismo, ha llamado la atención sobre el testimonio de los agentes de la Guardia Civil y ha tildado de "fundamentales" las conclusiones que se obtengan de la pericial médica que han presentado en base a la cual agrava las pretensiones de la Fiscalía, puesto que según ha defendido, de la misma se desprende que el menor habría sido agredido durante cerca de una hora antes de que Quezada le diera muerte asfixiándolo con sus manos.
Por su parte, el letrado de la acusada, Esteban Hernández Thiel, ha reiterado el "arrepentimiento" de Quezada, que "está patente en la declaración que presta ante la Guardia Civil inicialmente", y ha señalado su discrepancia "en función de la forma de selección que se ha hecho" del jurado. "La ley no es demasiado clara al respecto, pero la costumbre es otro estilo", ha dicho antes de aclarar que se ha formulado una protesta al respecto.
Padres, abuela y una prima de Gabriel
Para la sesión de este martes está previsto que, además de la acusada, presten declaración como testigos a puerta cerrada los padres de Gabriel, su abuela y una prima del menor. Asimismo, se ha programado la declaración de otras seis personas, entre ellas la expareja de Ana Julia, su hija y algunos vecinos de la zona de Las Hortichuelas donde desapareció el menor el 27 de febrero de 2018.
Ana Julia Quezada ha accedido a la sala con un cambio físico notable y una imagen que dista de la que recuerda la sociedad española de los once días de búsqueda de Gabriel y con grilletes en las manos que se le han retirado después de que contestará afirmativamente a la magistrada que iba a permanecer "en calma".
Se ha roto por primera vez cuando las siete mujeres y los dos hombres que deben dirimir su culpabilidad o no culpabilidad han accedido a la sala y con las manos en la cara, ha empezado a llorar. También ha vertido lágrimas durante la instrucción al jurado popular de la acusación particular al tiempo que hacía visibles muecas de desacuerdo y de disgusto.
El niño "no tuvo opción de salir con vida"
La fiscal ha asegurado el niño, de tan solo ocho años, "no tuvo opción alguna de salir con vida de aquella finca" de Rodalquilar, en Níjar (Almería), a la que fue en coche con su presunta asesina.
Ha subrayado el "destrozo moral" y "la total desolación" que sembró Ana Julia Quezada en los días en los que se prolongó la búsqueda del pequeño y ha tildado de "incuestionable" que "le causó la muerte" de forma independiente a las circunstancias que hacen que sea un asesinato o un homicidio.
"Actuó con claro ánimo de ocasionar la muerte a Gabriel, de modo deliberado y consciente, a sangre fría, con desprecio de la vida del menor, de forma impredecible y que anuló por completo la capacidad de reacción de Gabriel, quien no podía esperar de ninguna manera que el ataque fuera a proceder de la pareja de su padre, una persona que le generaba confianza por formar parte de su entorno", ha afirmado la fiscal Elena Fernández sobre el crimen sucedido el 27 de febrero de 2018.
Sobre su comportamiento en los días posteriores a la desaparición y a la postre muerte del niño, ha reprochado la "sobreactuación en los medios" en los que mostró un "estado de aflicción compungida y falsario" en manifestaciones, "alentando los ánimos de los padres".
Móvil económico
"Pensamos que el impacto emocional de ese comportamiento en el estado de conmoción emocional, de angustia e incertidumbre de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, permite acusarla de dos delitos de lesiones psíquicas por su absoluto desprecio a su estado".
Ha demandado a los miembros del jurado popular que, frente a la tesis de la defensa de Ana Julia Quezada que sostiene que su criterio está "contaminado por influencia previa" derivada de la difusión mediática del caso, se "abstraigan" y demuestren que "eso no es así y que van a ejercer con responsabilidad su función". "El juicio oral contra la acusada se va a celebrar realmente aquí", ha remarcado con énfasis.
Por su parte, la acusación particular ha afirmado que Ana Julia Quezada mató a Gabriel Cruz "porque le estorbaba" y ha apuntado también un "móvil económico" ya que sabía que la abuela paterna del menor "tenía dinero". "Le incomodaba la relación de Gabriel con su padre, lo que le llevó a un total desprecio por la vida de un niño de ocho años y es absolutamente incomprensible", ha trasladado para añadir que "no cabe tanta maldad, ni hacer tanto daño".
La acusación cree que `pudo salvarse
El abogado Francisco Torres ha considerado "inaceptable" la tesis sostenida por la defensa de que fue una muerte "accidental" ya que Gabriel "estuvo cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada" y ha expresado ante los miembros del jurado popular que su sensación es que "lo quiso descuartizar".
"Lo apaleas, lo ves balbuceando con vómito y, ahí, lo asfixias", ha asegurado con dureza para añadir que si "su pretensión era asfixiarlo, no le da la somanta de palos que le dio durante una hora". La defensa, ejercida por el letrado Esteban Hernández, ha mantenido que "no quería matarle sino acallarle" y ha sostenido que si estaba "todo planeado", como afirman las acusaciones, "fue una chapuza enorme".
Hernández también ha apelado a la "cordura y ecuanimidad" del jurado y ha trasladado la necesidad de que se haga "justicia, que no es venganza". "Es un trabajo triste y queremos poner cordura para que ustedes valoren la prueba desde la objetividad y la imparcialidad", ha concluido.