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Seguridad vial

Condenado un taxista de Madrid por conducir varios kilómetros con un hombre en el techo

Un año y nueve meses de cárcel por conducir tres kilómetros tras descubrir que tenía un joven subido en el techo del taxi

El joven se golpeó con un bordillo tras caer del taxi, quedando como secuela una discapacidad del 65%

Varios taxis en una imagen de archivo / Europa Press

Madrid

Un taxista de Madrid ha sido condenado a un año y nueve meses de cárcel por conducir varios kilómetros sabiendo que llevaba un hombre en el techo agarrado a la señal luminosa. El joven, al que tendrá que indemnizar con más de 170.000 euros, cayó en uno de los giros que hizo el vehículo y se golpeó la cabeza contra un bordillo de la calle Doctor Esquerdo, quedando como secuela una discapacidad del 65%.

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La escena, según la sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER, ocurrió en la Nochevieja de 2016 en el centro de Madrid. El taxista recogió a dos turistas chinas en un hotel del paseo de Delicias para llevarlas hasta el aeropuerto cuando, al paso por la glorieta de Atocha, las dos empezaron a chillar: la pierna de un hombre, que daba golpes en el techo del coche, asomaba por una de las ventanas. "Pensé en un atentado, en esa época había alerta yihadista, me sentí bloqueado", dijo después el conductor.

El taxista comenzó entonces una carrera de tres kilómetros conduciendo "de forma errática y nerviosa" hasta la glorieta de Mariano de Cavia, bajando la Avenida del Mediterráneo hasta Conde Casal y subiendo por Doctor Esquerdo mientras el joven gritaba, según los testigos, "¡Hijo de puta, para que me vas a matar!". El hombre salió despedido en un giro cerca del metro de Pacífico, golpeándose contra un bordillo.

La Audiencia Provincial de Madrid acaba de firmar una condena de un año y nueve meses de cárcel para el taxista por un delito de imprudencia grave con resultado de lesiones al entender que tendría que haber parado el coche cuando descubrió que llevaba a alguien en el tejado. El joven, un gaditano que tenía entonces 31 años, sufrió un traumatismo craneoencefálico severo y estuvo casi un mes en coma, resultando una discapacidad del 65% reconocida por la Comunidad de Madrid.

"Ni detiene la marcha ni la aminora"

La Audiencia, con la magistrada Josefina Molina con ponente, explica que el conductor no sabía que llevaba un hombre en el techo cuando arrancó y que no condujo demasiado rápido por las calles de Madrid, pero que tampoco paró el coche cuando ya se dio cuenta. "Ni detiene la marcha ni la aminora, omitiendo de forma grave y relevante elementales deberes de previsibilidad y cuidado, no actuando como un prudente conductor, pudiendo haber evitado el grave desenlace".

Recorrido que, según la sentencia, hizo el taxi con el hombre en el techo

Recorrido que, según la sentencia, hizo el taxi con el hombre en el techo / Google Maps

La sentencia, que ya ha sido recurrida por acusación y defensa, reconoce que nunca tuvo intención de causar esas lesiones al joven y que "no tuvo una percepción real de la gravedad de lo acontecido" pero rechaza aplicar atenuantes de error invencible o miedo insuperable. En un primer momento la Fiscalía había solicitado una condena de siete años de prisión por un delito de lesiones agravadas.

"Negligente y arriesgada actuación"

La sentencia también condena al taxista a indemnizar a la familia del hombre con un total de 177.545 euros, con la aseguradora del vehículo considerada responsable civil subsidiaria y habiendo consignado ya casi un millón de euros. La sentencia describe que el accidente se ha traducido en una discapacidad reconocida del 65%, un trastorno grave del comportamiento, una "edad mental" de 16 años y la imposibilidad de retomar su vida anterior de camarero en la capital.

Las secuelas del accidente, explica la sentencia, le impiden recordar los motivos por los que se subió al taxi en primer lugar, actuación que los jueces describen como "negligente y arriesgada, imprudente e irreflexiva". En el juicio compareció su madre, señalando que "antes de esto su hijo era normal, alegre, trabajador, era camarero, y el estado en el que se encuentra ahora, triste y con ganas de pelear (...) su conducta es como si fuera un niño pequeño, y le ha cambiado también a ella la vida".

 
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