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Portugal

El procés, la renta universal y los escaños vacíos: las medidas insólitas que se han colado en la campaña en Portugal

Los programas electorales de los partidos lusos incluyen propuestas sorprendentes

Dos hombres se saludan en la isla de Azores. / RAFAEL MARCHANTE (REUTERS)

Lisboa

Ante cada cita en las urnas los partidos políticos intentan seducir a los votantes con un sinfín de propuestas que incluyen en programas electorales cada vez más extensos, y entre tanta idea para mejorar la sociedad a veces se cuelan planteamientos sorprendentes. Este año en Portugal –país en el que se celebran elecciones nacionales el próximo domingo, 6 de octubre– las ocurrencias políticas abundan y no distinguen de partido.

Cerrar el grifo y tener el Parlamento medio vacío

El programa del Partido Socialista (PS) del primer ministro António Costa incluye medidas robustas para reducir la corrupción –entre ellas, una que condenaría a las personas que cometan estos delitos a la inhabilitación política durante una década–, reforzar los compromisos cívicos –con el Día Nacional de la Ciudadanía, durante el cual los políticos pasarán la jornada hablando sobre la democracia en los colegios lusos–, y mejorar la salud pública –mediante nuevas unidades móviles de atención primaria para las zonas rurales. Sin embargo, en el ámbito de la defensa del medio ambiente las propuestas tan impotentes que destacan por su debilidad: la lucha contra la escasez de agua se limita a una campaña que “recomienda a las entidades públicas y privadas cómo hacer mejor uso del agua del grifo”.

El programa de la principal formación de la oposición conservadora, el Partido Social Demócrata (PSD) de Rui Rio, guarda una sorpresa en la sección que dedica a la reforma del sistema político y el fenómeno de los votos en blanco, que representaron casi el 7% de los votos emitidos en las elecciones europeas del pasado mes de mayo. Para incentivar el voto útil, el PSD propone que el número de diputados en el Parlamento fluctúe según la participación electoral, y que los votos en blanco sean representados con escaños vacíos. Si el pueblo vota a las formaciones establecidas, se mantienen los 230 diputados actuales; si siguen votando en blanco, el número caería hasta alcanzar el mínimo de 180 diputados.

Cataluña, el Sáhara y la justicia restaurativa

El procés se cuela en las elecciones lusas gracias al Bloque de Izquierda (BI)–formación homóloga de Podemos en Portugal–, en cuyo programa electoral queda plasmada su propuesta que el Estado portugués “reconozca el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán” y presione a España para lograr “la liberación de los presos políticos”. Además de la celebración de un referéndum en Cataluña, el BI aboga por la organización de otro en el Sáhara Occidental, preferiblemente bajo la supervisión de las Naciones Unidas. El partido marxista, que condenó a España por la aplicación del 155 y que ha enviado representantes a la Diada para mostrar su solidaridad con los catalanes, es uno de los principales apoyos del Gobierno Costa y las encuestas indican que se consolidará como tercera fuerza política de Portugal en estas elecciones.

El Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN) podría tener un peso fundamental en la próxima legislatura, pues si sus diputados se suman a los del PS de Costa, podrían formar una mayoría absoluta. A cambio de ese apoyo, es probable que la formación animalista pida que el Ejecutivo socialista implemente muchas de sus propuestas verdes, pero su programa electoral también incluye una medida que versa sobre la justicia restaurativa. En su primera versión se proponía obligar a los reclusos condenados por crímenes violentos a realizar sesiones semanales de reconciliación con sus víctimas o, si se tratase de un homicidio, con las familias de las víctimas. El revuelo levantado por esta propuesta hizo que el PAN la revisase para que pasase a ser voluntaria –es decir, que las víctimas o familiares pudiesen decidir si quieren verse con sus agresores–, y que se excluyeran esos procesos a los reclusos condenados por delitos de violencia machista o por violación.

Renta universal, castigo corporal

Entre los partidos con menos probabilidad de entrar en la Asamblea de la República también hay muchas propuestas inesperadas.

Los ecosocialistas de LIVRE proponen la creación de una renta básica universal, algo que fue recomendado por un grupo de expertos coordinado por el exministro socialista Jordi Sevilla en España justo la semana pasada. El apoyo se ofrecería “independientemente de la condición social del ciudadano”, con el fin de redistribuir la riqueza nacional y garantizar el bienestar de todos los lusos.

El partido ultraderechista CHEGA –que aspira a irrumpir en el Parlamento y convertirse en el Vox de Portugal– quiere eliminar toda mención de personas LGTBI y temas relacionados con el género en las escuelas lusas. También propone que los profesores puedan emplear “todos los medios que les permitan mantener la disciplina en las aulas”, dejando abierta la puerta al retorno del castigo corporal. La misma formación aboga por la extinción del Ministerio de Educación y la privatización de todos los colegios portugueses. El igualmente ultra Partido Nacional Renovador (PNR) también se centra en la educación al pedir recuperar los valores de la dictadura salazarista y comenzar el día obligando a los estudiantes cantar el himno nacional de Portugal.

Por su parte, Aliança, la formación creada cuando el ex primer ministro conservador Pedro Santana Lopes se dio de baja del PSD, propone fomentar la renovación política estableciendo que los diputados sólo puedan ocupar escaños durante un máximo de 12 años –es decir, tres mandatos–. También se muestra harto de tener que perder domingos acudiendo al colegio electoral: si consigue irrumpir en el Parlamento, luchará para que se vote los jueves, día que el partido considera más cómodo para los electorales lusos.

 
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