Palermo al compás de 'Il Pirata' de Bellini
La milenaria ciudad siciliana tiene infinitos rincones marcados por las decenas de culturas y pueblos que han dejado su huella en ella (¡también los corsarios!)
Madrid
Para componer Il Pirata, Bellini se inspiró en su Sicilia natal, ambientando la acción en un pueblo imaginario, Caldora, en el siglo XIII; una época en la que las islas "situadas en medio del Mediterráneo, con la frontera musulmana al Sur y la frontera cristiana al Norte, eran lugares de presa más fácil para la piratería berberisca", nos cuenta la medievalista Roser Salicrú Lluch. Ese carácter fronterizo, de intersección de pueblos y culturas, sigue apreciándose hoy con un simple paseo por las calles de cualquier urbe siciliana, y en esta ocasión os proponemos Palermo para un recorrido musical y cultural.
Pasear por La Passeggiata della Marina
Hasta el siglo XVI la ciudad de Palermo no tuvo un paseo marítimo dado que las tormentas y el peligro de ataques piratas sarracenos no permitían considerar línea más cercana a la costa como una zona segura. El paseo marítimo de Palermo fue construido en 1582 por órdenes del virrey Marco Antonio Colonna, quien también levantó La Porta Felice que corona la gran avenida. Hoy es el lugar de paseo preferido para los palermitanos.
Mirar al techo en el Palazzo dei Normanni
El Palacio de los Normandos es considerado la joya de la ciudad. El antiguo "Palacio de los Emires" fue construido en el siglo IX como una fortaleza árabe sobre ruinas púnico-romanas. Los normandos lo modificaron y lo convirtieron en la sede política de su reino. También los virreyes españoles decidieron utilizarlo como residencia en 1555. En su interior encontramos la Capilla Palatina que se encuentra revestida de enormes mosaicos realizados en oro y donde se suceden increíbles imágenes religiosas.
Contemplar La Annunciata en el Museo Abatellis
El Palazzo Abatellis es un antiguo palacio señorial convertido en museo. Se ubica muy cerca de la Piazza Marina, en el barrio de la Kalsa. Su vista es obligada por la increíble belleza de su colección. Entre ellas destaca La Annunciata de Antonello da Messina y el fresco de El Trionfo della Morte, de pintor desconocido, ambas obras de la primera mitad del siglo XV.
Velada en el Teatro Massimo
En la Piazza Verdi se levanta imponente el Teatro Máximo (1875-1897), obra cumbre de Giovanni Battista Basile. Tiene capacidad para 3.200 espectadores y es el tercer teatro de ópera más grande de Europa. Los cinéfilos no olvidarán la escena final de El Padrino III grabadas en la escalinata del teatro.
Dormir en el Palazzo Lanza Tomasi
Este edificio del siglo XVIII con vistas al puerto de Palermo fue el hogar de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, autor de El Gatopardo. A él se trasladó durante la Segunda Guerra Mundial, después de que una bomba redujera a escombros el palazzo donde nació. Ahora lo habita el duque Gioacchino Lanza Tomasi, pariente y heredero del escritor italiano. Su mujer Nicoletta imparte en su maravillosa cocina cursos de gastronomía siciliana. El palacio, que alberga la increíble biblioteca de Lampedusa, funciona también como un exclusivo hotel. Tiene doce apartamentos que los duques alquilan a los visitantes.
Entregarse al buffitieri
Comer en sus calles llenas de de vida es uno de los grandes atractivos de esta ciudad. Cualquier hora es buena para dejarse seducir por los buffitieri, pequeños aperitivos calientes que abundan por ejemplo e en las inmediaciones del Mercato Ballaro o en el Mercato del Capo. Para desayunar: pane e panelle, deliciosos buñuelos de garbanzos. Para almorzar o cenar: stigghiola, intestino de cabra relleno de cebolla, queso y perejil.