Principio y final de Franco en el Valle de los Caídos


Instrucciones básicas para la inauguración de la basílica con la lista de representantes que acudirán a la misma provistos de tarjetas de invitaciones de diferentes colores. La ceremonia deberá “respetar la grandiosa austeridad del interior”.
Foto 1 de 7
La instrucción número 459-8, firmada por el teniente General Jefe del Estado Mayor Central del Ejército, el 28 de marzo de 1959, describe el protocolo de los funerales que se oficiarían en la basílica.
Foto 2 de 7
Croquis de basílica del Valle de los Caídos en el que se aprecia el lugar donde se debían colocar los militares que acudieron a la ceremonia de inauguración del monumento.
Foto 3 de 7
Plano de la explanada del Valle de los Caídos, donde tuvieron que situarse los alféreces provisionales, los oficiales y suboficiales que no tuvieron cabida dentro de la Cripta del Valle de los Caídos.
Foto 4 de 7
El discurso que Franco ofreció en la explanada del Valle de los Caídos también fue minuciosamente “coreografiado”. Esa “alocución” sucedió tras los funerales celebrados dentro de la basílica.
Foto 5 de 7
La organización de la ceremonia, a la que asistieron miles de alféreces provisionales, formaba parte de una operación logística en la que se tuvo en cuenta hasta la distribución de carburante y el pago de dietas a aquellos militares que acudieron.
Foto 6 de 7
Plano de la colocación de los puestos de socorro, las letrinas y los servicios de intendencia que tuvieron que desplegarse para la inauguración.
Foto 7 de 7











