Apoyo del rey a los empresarios españoles en Cuba
En su primer discurso en La Habana, ha enviado un mensaje de respaldo a los empresarios ante las dificultades que atraviesan tras el refuerzo del embargo norteamericano a la isla
La Habana
"Quiero enviaros un saludo muy especial lleno de solidaridad de parte de todos los españoles que saben lo mucho que habéis construido aquí. No ignoramos las dificultades a las que hacéis frente y que tenemos muy presentes. Nuestras autoridades están trabajando para aliviar su impacto sobre vosotros". Este ha sido el mensaje que trasladaba el rey en el encuentro con una representación de la colectividad española, formada por 140.000 residentes, entre los que se encontraban un nutrido grupo de empresarios.
El rey ha querido conocer las dificultades que están atravesando tras el endurecimiento de la ley Helms Burton. Y, de hecho, ha mantenido un almuerzo con una veintena de empresarios, entre los que se encuentran cinco que están afectados directamente por esta ley. En este contexto, el presidente de la Asociación de empresarios españoles en Cuba, Xulio Fontecha, denunciaba abiertamente las presiones y amenazas que estaban recibiendo sobre todo los pequeños empresarios por parte de Estados Unidos para que dejen la isla. España, ahora mismo, es el principal socio comercial de Cuba en la Unión Europea y es el principal inversor turístico en la isla. Y todo lo han logrado, decía el rey, "en condiciones muchas veces adversas".
El componente histórico
La visita se enmarca en la conmemoración de los 500 años de La Habana. De hecho, los reyes han comenzado hoy la agenda oficial con un paseo por la zona vieja, que empezaban justo en el templete donde se fundó la ciudad. "Cuba y España atesoran un especial vínculo de hermandad, que además se consolidó durante más de cuatro siglos y casi hasta las puertas del mismo siglo XXI", decía el rey para concluir con un emotivo mensaje: "nada de lo que ocurra en Cuba es ajeno a España y nada de lo que ocurra en España es ajeno a Cuba". El día termina con el encuentro del rey con una representación de la sociedad civil en el que habrá personas no afines al régimen, pero no disidentes, y finalizará con una cena en el Palacio de los Capitanes Generales, donde Felipe VI pronunciará el segundo y último discurso de esta visita de Estado.