Excombatientes isrelíes que denunciaron abusos contra palestinos dan la cara en una exposición en Tel Aviv
Una exposición desvela ahora la identidad de 52 de esos excombatientes, hombres y mujeres, que cometieron o vieron perpetrar abusos contra palestinos
Jerusalén
En 2004, un grupo de soldados israelíes empezó a dar testimonio de forma anónima, a través de la ONG Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), sobre sus acciones en los territorios palestinos ocupados, especialmente sobre los abusos cometidos por el Ejército israelí contra la población palestina.
Una exposición desvela ahora la identidad de 52 de esos excombatientes, hombres y mujeres, a los que el fotógrafo uruguayo-israelí Quique Kierszenbaum ha retratado durante diez años.
“Todo este fenómeno de Breaking the Silence, de Rompiendo el Silencio, es casi único en el mundo porque generalmente cuando nosotros sabemos de abusos en las guerras los sabemos más por las víctimas o por los familiares de las mismas, muy pocas veces lo sabemos por los perpetradores”, argumenta el fotoperiodista.
Para la exhibición, titulada "Expose(d)" (Expuestos) y que puede verse en Tel Aviv hasta el 5 de diciembre, Kierszenbaum utilizó una técnica que buscaba realizar retratos imperfectos, tomados tratando de dar una sensación de "clandestinidad", casi de ilegalidad, que expresara el rechazo que parte de la sociedad israelí siente hacia estos excombatientes a los que considera traidores. Algunos de ellos han tenido problemas con sus propias familias por haber contado los abusos que cometieron o vieron perpetrar contra palestinos.
Los 52 retratos, torsos de tamaño natural, representan los 52 años de ocupación israelí de los territorios palestinos (desde la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967), recogen la mirada directa a la cámara de los fotografiados. En el espacio donde se exhiben, los visitantes no pueden escapar en ningún rincón a la mirada fija de los excombatientes.
"Estos jóvenes fueron mandados a una misión por la sociedad israelí. Han cumplido esa misión y han vuelto a casa. Lo que ellos en estos momentos están pidiendo es que se los mire directamente a los ojos y que se escuche qué significa mantener una ocupación, qué precio se paga".
Para Kierszenbaum, "ser el medio por el cual estos soldados han salido del armario" y se han expuesto al público "es un honor". En los procesos de contar los abusos que se han cometido o de los que se ha sido testigo, hay dos elementos importantes, recalca Kierszenbaum: "el primero, hacerte cargo de lo que hiciste y darte cuenta de que el motivo es político".