El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución en la que declara la situación de emergencia climática y medioambiental y reclama a la Comisión Europea, a los gobiernos de la UE y a «todos los agentes mundiales» que adopten con urgencia medidas para «combatir y detener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde». No hay reacciones en el equipo de la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pero el clima, punto central de su agenda política, ha dividido a su partido dando a la izquierda de la Eurocámara una victoria frente a quienes este miércoles sumaron votos para apoyar a su gobierno. Para la izquierda, el resultado de este jueves es “una resolución histórica”, según ha precisado Manon Aubry, eurodiputada del grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GuE), porque con ella se exige a los gobiernos medidas inmediatas y adecuadas a la situación de “emergencia”. La resolución no incluye precisiones, pero lo que se quiere es que la UE deje de financiar las energías fósiles. Un problema para la industria alemana del coche y la razón por la que todos los populares alemanes se han pronunciado en contra. El resultado, 429 votos a favor, 22 noes y 19 abstenciones, permite a Von der Leyen decir que existe una mayoría alternativa al grupo Partido Popular Europeo (PPE) para impulsar el clima pero muy pocos creen que la nueva presidenta del equipo europeo pueda, sin el aval de su propio país y de su propio partido, empujar los cambios necesarios para garantizar que “el calentamiento global se quedará por debajo de 1,5 grados centígrados”. El debate va a continuar ahora en la Cumbre del Clima antes de la que Von der Leyen ha evitado poner contra las cuerdas a los países reacios, como el suyo, a iniciar grandes cambios y a los que ni tan siquiera ha reclamado dinero extrapresupuestario para los próximos 7 años de gestión europea. Los populares querían aprobar otro texto hablando de la existencia de una “urgencia” medioambiental, pero la posición del grupo socialista al lado de los verdes y la izquierda, más la mayoría del grupo liberal, les ha dejado solos con la derecha reaccionaria del Europarlamento y, con 225 votos, han perdido el primer gran debate de esta legislatura, aunque falta saber qué conclusión van a sacar ahora los gobiernos de estos resultados.