Doce años y medio de cárcel por prostituir a homosexuales y transexuales venezolanos en Barcelona
El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de doce años y medio de prisión impuesta al acusado
Aprovechaba su situación de precariedad para traerles a España y explotarles sexualmente en los aledaños del Camp Nou
Madrid
El Tribunal Supremo ha decidido confirmar una condena de doce años y medio de cárcel a un proxeneta venezolano que explotaba sexualmente a compatriotas homosexuales y transexuales en Barcelona. El acusado, según la Justicia, aprovechó su situación de precariedad en Venezuela para hacerles venir a España y, una vez aquí, explotarles sexualmente en lo que el Supremo define como la "esclavitud del siglo XXI".
Los hechos, según la resolución, ocurrieron entre 2015 y 2016 en Barcelona. El acusado, con la ayuda de otro condenado, conseguía que la Policía extendiera invitaciones a sus víctimas haciéndose pasar por su amigo y, una vez en España, les explicaba que tenían una deuda de miles de euros que saldar con él a través de la prostitución.
La sentencia explica que eran hombres homosexuales o transexuales que vivían en una "situación económica y personal precaria" en Venezuela y que, una vez en Barcelona, eran obligados a prostituirse de nueve de la noche a cinco de la madrugada en los aledaños del Camp Nou y otras ciudades españolas. Si se negaban a seguir eran extorsionados, enviando vídeos de ellos prostituyéndose a sus familias en Venezuela.
El Tribunal Supremo, con Julián Sánchez Melgar como ponente, ha decidido confirmar las condenas que impuso en primera instancia la Audiencia Provincial de Barcelona: doce años y medio de cárcel para el proxeneta un delito de inmigración ilegal y dos de trata de seres humanos en concurso uno de ellos con otro de explotación de la prostitución.
"Vejaciones" a las víctimas
La operación fue hecha pública por la Dirección General de la Policía en el Día Mundial contra la Trata de Personas de 2016, y la sentencia desarrolla el origen de la investigación: una de las víctimas de este proxeneta consiguió llamar al teléfono de ayuda a las víctimas de trata (900 10 50 90).
Esta misma víctima relató a los investigadores y a la Audiencia de Barcelona no sólo cómo se vio obligado a prostituirse en las calles de Barcelona, sino también cómo era sometido a "vejaciones y burlas" tras ser robado por un "cliente", o cómo el acusado envió a su familia de Venezuela un vídeo "vestido de mujer", familia que "no conocía que se dedicaba a tales menesteres".