Cine y TV
El Hormiguero

'El Hormiguero' de andar por casa: anécdotas y tacos con Carmina Barrios

La madre de Paco y María León visita el programa capitaneado por Pablo Motos

Madrid

Hace un par de años, en el rodaje de la serie 'Allí abajo', algunos periodistas pedimos entrevistar a Carmina Barrios, la matriarca de los hermanos León. Ella no estaba prevista en la convocatoria, pero la vimos pasar por allí con esa guasa suya que pensamos que entre corrillo y corrillo hubiese estado bien charlar con una mujer que tenía poca experiencia en la tele, pero mucho que contar de la vida. Ella nos rechazó con su gracia natural y anoche, viendo 'El Hormiguero', volví a corroborar por qué aquel día todos queríamos sentarnos para escuchar lo poco o mucho que tuviera que decir.

La actriz acudió a 'El Hormiguero' para promocionar su próxima película, 'El silencio del pantano'. La promosió, como dice Broncano, fue breve. Y es que Carmina fue allí para hablar de las cosas que le pasan en el día a día, para narrar las mejores anécdotas con su vocabulario no apto para finolis.

Para empezar, Carmina le habló a Pablo Motos, el interlocutor del público, de las amigas verdejas, un grupo de amigas que van al gimnasio para hacer aquagym y que también se juntan para pedir a los santos. ¿Qué por qué se llaman así? "Porque somos las que tenemos caritas de niña y coñito de viejas".

También habló del papel de su vida (quiere hacer de loca) y de la ternura que le producen los vagabundos, con los que mantienen larguísimas conversaciones: "Me gusta mucho enterarme de sus historias y hay cada drama...La vida es complicada. Ellos, por las circunstancias que han tenido, han terminado así. Otros, a consecuencia de la droga. Hay padres de familia que se metieron en el alcoholismo y dejaron a la familia".

Tampoco pasó desapercibida su anécdota más escatológica. "En la peluquería me había tomado un café y un chocolate para hacer tiempo. Cuando me tocó me colocaron la bata, pero no me até la cuerda porque parezco una lechuga. Entonces me dio un apretón, tenía ganas de cagar", empezó explicando. "Cuando salí no encontraba mi bolso y vi que había tinte que no estaba antes. Estaba fresco". Fue una amiga suya la que hizo los honores: "Lo tocó, lo olió y me dijo: 'hija puta, es mierda'".

Fue así, con un carisma desbordante, como Carmina logró recrear en 'El Hormiguero' un ambiente castizo que me recordó al Barrio Peral de Cartagena. Allí vivían mis abuelos en una pequeña casa adosada y cada noche, cuando no hacía fresco, se salían a la puerta para no faltar a la convocatoria vecinal en la que uno hablaba y el resto escuchaba. Carmina, en 'El Hormiguero', consiguió exactamente eso. Y casi 2,5 millones de espectadores la escucharon atentamente. Porque ella, al final, representa a la España de andar por casa, y no hay nada que nos guste más.

 
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